Se van los deVox: un suspiro de alivio
En el Partido Popular de Aragón y en el nacional, seguramente se les escaparía un suspiro de alivio cuando supieron que Abascal iba a romper las coaliciones que mantenía con ellos en varios gobiernos regionales.
Los populares se quitaban un gran peso de encima. Los votos parlamentarios de Vox eran imprescindibles para la investidura de Azcón, igual que para las de otros presidentes autonómicos del PP. Pero una vez formado gobierno, la participación de Vox aportaba poco y generaba conflictos. Y cuadraba mal con la imagen de moderación y centrismo que quiere dar -por lo menos a ratos- el partido de Feijóo. Así que adiós y que les vaya bonito, habrán pensado. Y, según la encuesta que el domingo publicaba HERALDO, ante el tribunal de los electores de momento quien sale malparado es Vox, que en nuestra Comunidad perdería votos y un escaño, mientras que el PP ganaría cinco puntos porcentuales y dos diputados. La retirada de Vox no supone, por otra parte, una amenaza directa para Azcón, ya que, aunque los voxistas ejerciesen una oposición activa, para derribar al Gobierno tendrían que aliarse con toda la izquierda en una moción de censura, lo que resulta altamente inverosímil. No obstante, lo que sí puede hacer Vox es complicarle mucho la vida al Gobierno de Azcón, si decide poner difíciles los acuerdos indispensables para la buena marcha de la Comunidad. La primera batalla será la de los Presupuestos, que el Ejecutivo debe remitir a las Cortes antes del 1 de octubre, según el artículo 111.4 del Estatuto de autonomía. Si Vox se cierra en banda o pone demasiados obstáculos, la alternativa para Azcón sería intentar pactar las cuentas con el PSOE. Tampoco resultaría sencillo y requeriría, lógicamente, bastante mano izquierda, pero Azcón se precia de ser un negociador infatigable. Lambán ha dicho que los socialistas no serán la muleta del PP, es cierto. Pero se puede dialogar y pactar sin ser la muleta de nadie.
