Opinión
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La política, un complejo

MADRID, 15/07/2024.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), recibe a la selección española este lunes en el Palacio de Moncloa, en Madrid, tras haberse proclamado campeones de la Eurocopa al vencer ayer en la final a Inglaterra. EFE/ Daniel González ESPAÑA FÚTBOL EUROCOPA
Pedro Sánchez recibe a la selección española tras haberse proclamado campeones de la Eurocopa al vencer ayer en la final a Inglaterra. 
Daniel González

Da la sensación de que la política, tras el franquismo, nunca ha terminado de calar con la importancia que tiene. Esto se ve en la falta de participación ciudadana en la misma, excepto en ir a votar (y aun así un notable porcentaje no vota), pero también en la propia idea que se tiene de lo que supone el término y todas sus posibilidades. 

Ejemplo de ello fue el gesto de indiferencia y cierto desprecio que hizo Dani Carvajal cuando le tocó saludar a Pedro Sánchez en la recepción en Moncloa por la Eurocopa. Una mano alicaída y mirada al frente para mostrar su distancia ideológica con el presidente. Gestos que me dejaron dos sensaciones. Primero, que una recepción oficial con un líder votado por los ciudadanos y refrendado por la mayoría del Congreso, no está para que un representante de una selección nacional se comporte como un niño enfadado. Pocos ejemplos hay mejores que el fútbol para entender la importancia de los símbolos, y el respeto a las normas y el contexto. Segundo, que vivimos en un país curioso donde un deportista no tiene problemas en faltar al respeto públicamente al líder de un Gobierno, mientras en su vida personal tiene cero interés por mostrar sus ideas e incluso hacer campaña por las mismas. El gesto de Carvajal (y el de algún otro jugador quizá más disimulado) ha coincidido prácticamente en el tiempo con el claro compromiso de algunos jugadores de la selección francesa, que pidieron un voto alejado de los extremismos de la derecha en las recientes elecciones en el país. España, sin embargo, sigue siendo un lugar apocado para la política, temeroso, cínico; donde el negocio y la vida tranquila siguen por encima de una concepción de la política en su versión más sana, que es la de una participación respetuosa y activa para favorecer los ideales que uno cree más provechosos para su nación. Un país que guarda la ideología en un cajón que saca a pasear de la forma más vistosa, torpe y vulgar cuando menos toca. En España, la política y la ideología se siguen tratando, para desgracia de todos, como un complejo.

Juanma Fernández es periodista

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Juanma Fernández en HERALDO)

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