Opinión
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Por
  • Elena Tomás

Dime si es poca razón para pelear la revolución

Dime si es poca razón para pelear la revolución
Dime si es poca razón para pelear la revolución
Pixabay

En quince días hemos perdido a nueve mujeres a manos de sus parejas o exparejas. Este sombrío conteo es un recordatorio desgarrador de la persistente y brutal realidad de la violencia machista en nuestra sociedad. Es imperativo analizar las causas y exigir acciones.

La falta de recursos contra la violencia machista es un problema crónico que compromete la seguridad y el bienestar de miles de mujeres. Los refugios para mujeres maltratadas, las líneas de apoyo y los servicios de asesoramiento psicológico y legal no disponen de presupuestos suficientes y dejan a muchas víctimas sin protección.

No es bastante hacer declaraciones de intenciones. Cada vida perdida es un testimonio de nuestra incapacidad colectiva para garantizar la seguridad de las mujeres. El Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género, Viogén, se creó para proteger a las víctimas de violencia machista. Sin embargo, los recientes asesinatos evidencian que sigue teniendo fallos críticos, empezando por la evaluación de riesgo y siguiendo por la falta de formación especializada, para terminar con la sobrecarga de trabajo en juzgados y comisarías.

La violencia machista no es solo un problema de seguridad; es la manifestación de una cultura profundamente arraigada de desigualdad y misoginia. Para erradicarla, sólo podemos, y es urgente, atacar sus raíces mediante la educación.

La reciente ola de asesinatos, o las 21 agresiones sexuales de Pamplona, son un recordatorio brutal de que estamos fallando. Nos van a seguir matando mientras pacíficamente en todas las plazas y asambleas seguimos gritando ¡basta ya!

Exigimos los recursos necesarios para la lucha contra esta violencia, una revisión exhaustiva del sistema Viogén y una educación que promueva la igualdad y el respeto desde la infancia.

No son iguales todas las violencias, somos la mitad de la población y nos están matando. No hay mayor pandemia que el machismo. Mientras algunas sobrevivamos, responderemos con palabras a los golpes y a los asesinatos, y nos encontrarán enfrente. De lo que no hay garantías es de cuánto tiempo nos queda con 10 asesinadas a la semana. En palabras de Marta Ortiz Deusto, autora de carnaval, dime si es poca razón para pelear la revolución que pronto estalle.

Elena Tomás es miembro del Área de Mujer de Izquierda Unida Aragón

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