Yamales

Ha querido el destino que la crisis y tocata en fuga de Vox de los gobiernos autonómicos como el de Aragón coincida con la Eurocopa.

En esta pantalla partida en tantas pistas que es la actualidad, mientras un adolescente mete goles y se convierte en el descubrimiento de los futboleros, otros menores se convierten en motivo de disputa y hasta de ruptura política. Yamal solo tiene 16 años y, aunque nació en España, su fisonomía mestiza delata unos orígenes que van más allá de las Ramblas o la M30. De padre magrebí y madre ecuatoguineana, el joven futbolista revelación del momento es de Esplugas de Llobregat, en Cataluña, la misma comunidad que no quiere poner su territorio a disposición de la solidaridad si no casa con sus intereses. Lamine no llegó en patera, pero podría haberlo hecho como los seis mil que están en Canarias esperando tener un futuro, aunque estos no arrancan sonrisas de admiración, pese a la proeza obligada de huir solos para buscarse la vida. Para Vox, son delincuentes que vienen a alterar la seguridad. Y sin embargo, es otro capricho del destino el nacer, crecer y vivir en un lugar y no en otro. Las islas están llenas de Yamales, como los equipos de futbol de la Eurocopa. Algunos le darán al fútbol, otros al baloncesto, como podrían darle a la jardinería o la física cuántica. El mundo es una oportunidad o un infierno sin salida. Pero sin goles no hay paraíso. Y sin justicia, ni políticas, solo hay miedo y discursos de tripas. En Aragón han roto el gobierno, pero hasta dentro respiran aliviados.