Una semana lleva La Romareda derribándose para acoger un ascenso cada vez más necesario si se tiene en cuenta la fortísima inversión, que finalmente ha sido sobre todo pública, para un nuevo campo que demandará la máxima categoría para no verse descontextualizado. El reto es importante, más que hace dos años.

La escena constante de una Romareda rodeada de obras, recuerda la promesa excesivamente dilatada de un regreso a la gloria, al menos a una gesta; e indirectamente exige una coherencia de gestión entre lo deportivo y el resto. El campo, la nueva tienda, el recorte de la deuda… como afluentes interconectados hacia un Ebro que riegue un ascenso estable.

Esta presión, que existió desde el primer día pero que se acrecienta con este paso de gigante hacia el ‘nuevo’ Zaragoza (realmente supone devolverlo a su espacio vital habitual), ha coincidido con la llegada del nuevo director general, Fernando López, que hace apenas unos días ha sido presentado a la afición a través de una estudiada conversación con Zapater.

‘Zapa’, que sirve en esta ocasión de sello de aprobación de la esencia del zaragocismo a su nuevo CEO, participa en una presentación que denota cambios en la comunicación del Real Zaragoza. Yo, que todavía hay días que sueño con la rueda de prensa de Sanllehí y Torrecilla aquel 6 de septiembre de 2022 donde se vendió más transparencia que certezas (mal asunto), observo en esta ocasión un mayor control sobre la imagen que se quiere dar del proyecto: de su máximo representante directivo, pero también de su globalidad como grupo deportivo, en el que se ha indexado un zaragocismo a veces ‘cascarrabias’ pero ante todo necesitado de alegrías.

Quizá esa distancia con las pulsiones humanas sea más sensata ahora que subirán las revoluciones; que dos emblemas, Zapater y Víctor Fernández, están metidos de un modo u otro en el proyecto; que las obras, del ascenso y de La Romareda, deberán caminar paralelas. Quizá sea una temporada de hablar poco, de juzgar plantilla y juego. El Zaragoza necesitará respirar en mitad del ruido de las obras.

Juanma Fernández es periodista

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