Clementa Soria
Nunca llegué a conocerla. Posiblemente usted tampoco, pero ambos le debemos mucho. Quienes sí tuvieron esa fortuna cuentan que esta maestra de infantil jubilada fue una "mujer libre, austera, metódica e inquieta que ejerció su libertad en una época en la que las mujeres no lo tenían fácil".
Era una persona extraordinaria. En diciembre de 2021, la Ciencia no tuvo la respuesta necesaria para aplacar un cáncer que padecía y nos dejó cuando faltaban unas semanas para su 76 cumpleaños. Era "organizada, ahorradora y meticulosa". Cuando se vio muy enferma quiso dejar todo su patrimonio para la investigación oncológica en Aragón. Hace unos días arrancaron, gracias a su generoso legado, unas obras en el Hospital Miguel Servet que van a ponernos a la vanguardia de los tratamientos y la investigación en un nuevo tipo de terapias que permiten en amplificar, entrenar, reeducar y modificar las células de las defensas de un paciente para que se conviertan en nuevas medicinas personalizadas. Una sala blanca que será el epicentro de estos tratamientos pioneros llevará su nombre. Este acto tan generoso permitirá el tratamiento de muchos pacientes y nos ayudará a subir un gran escalón a muchos científicos aragoneses. ¡Ojalá su ejemplo inspire a muchas personas y empresas que quieran transformar la sociedad! Somos un país generoso, lo vemos ante cualquier catástrofe y podemos sacar pecho por ser los campeones del mundo en la donación de órganos. Pero fallamos en filantropía. ¿Se ha planteado hacer alguna donación? Sea parte y disfrute de los avances que ésta propicie y obtenga de paso deducciones fiscales. Cualquier ayuda, grande o pequeña, puede impulsar la investigación.
Alberto Jiménez Schuhmacher es investigador ARAID en el IIS Aragón
