Las siglas que dirigen nuestra economía

Asistimos a un entramado de poderosas agencias internacionales en una sociedad occidental de la que formamos parte, las cuales dicen mirar por nuestra economía. Nos saturan con sus siglas, porcentajes y nos dictan el camino a andar para llegar a fin de mes sin sobresaltos. BCE (Banco Central Europeo): humildes banqueros supuestamente dedicados a la estabilización de precios. 

FMI (Fondo Monetario Internacional), que nos ayuda a facilitarnos el crecimiento entre países. Pero estos de altruistas tienen poco, nadie suele dar nada por nada y, como sigue habiendo ricos y pobres, los préstamos serán en función de la fiabilidad del país, para eso está la famosa prima de riesgo, encargados de dar la nota según sea el PIB (producto interior bruto) de cada estado o comunidad. Periferia de intereses económicos alejada de una sociedad, la familia, cuyo barómetro es la calle. Falta de apoyo al pequeño comercio, ahogado por el comercio electrónico, donde cada clic en nuestro móvil consigue bajar sus persianas y la vida de sus barrios. La subida del interés y la falta de ayudas en la compra o alquiler de un piso. Inflación que dificulta más si cabe a quienes tienen salarios bajos, limitando el poder adquisitivo de esa gran mayoría llamada clase obrera. Corrigiendo esos parámetros, quizás sin las sabias decisiones de los chicos del FMI, ni la ayuda del BCE, en esa falsa preocupación por nuestro bienestar, pero más interesados en la conveniencia política de sus accionistas, grandes familias europeas, cuyos docentes dirigen una política monetaria que lastra el crecimiento y el empleo. Posiblemente no harían falta tantas siglas.

Daniel Gallardo Marín. GARRAPINILLOS (ZARAGOZA)

Cuando la gente lucha por su barrio

Barrio de la Almozara y Puerta de Sancho, vamos, el barrio de la Química de toda la vida, están viviendo un tiempo de lucha y reivindicación social centrados en dos temas prioritarios: el kiosco de la música, que quieren derruir, y la falta de piscinas públicas, con una población de más de 25.000 personas. Sí, ya sabemos que se van a licitar, pero puede que sea el único barrio de Zaragoza que no las tiene y, por lo tanto, los vecinos han de desplazarse a otros barrios o al Parque Deportivo Ebro. Creo que se está intentando llegar a algún tipo de acuerdo con el Club Tiro de Pichón, que es privado, pero sería sólo un apaño provisional. Sea como fuere, los vecinos están en su perfecto derecho de reclamar mejoras y de conservar el kiosco de la música del parque Aljafería, pero dándole el uso que tuvo en su día, cuando se organizaban conciertos de todo tipo los fines de semana, evitando así el estado de abandono en el que lleva años. Por todo esto, le debería quedar claro al Ayuntamiento que seguiremos luchando por mejorar el barrio, de una forma pacífica pero determinante, que el tiempo pasa y en lugar de darnos, nos quieren quitar. Y por ahí sí que no pasamos.

Luis Solanas Cebolla. ZARAGOZA

Listas de espera por cáncer de próstata en el Servet

La lista de espera de intervención quirúrgica por cáncer de próstata no paran de crecer y desde el hospital Miguel Servet no se responde a nuestras reclamaciones. Existe un Decreto del Gobierno de Aragón que dice que la intervención quirúrgica para este tipo de dolencia no puede exceder de un mes. En el caso de mi marido, ya lleva camino de dos y seguimos sin respuesta del hospital y sin saber qué podemos hacer, solo nos queda esperar y que el cáncer no prospere y se produzca algo peor. Parece que es cuestión de dinero: a nuestros gestores les diría que la salud es lo más importante, y cuando hay que gastar, se quita de lo que no es prioritario. La sanidad pública es lo más prioritario y parece que no contamos para nadie.

Carolina Esteban Gran. ZARAGOZA

Entre la razón y la emoción

La mente humana ha ido evolucionando desde que aparecimos en el planeta los Homo sapiens. Desde hace unos cincuenta mil años los humanos adquirimos la capacidad de hablar, lo que fue un salto formidable; fuimos capaces de comunicarnos de forma mucho más eficaz, cambiando los gruñidos y los gritos por palabras. Nuestro cerebro ha evolucionado hasta crear la ‘corteza prefrontal’, que es lo que nos hace conscientes de nosotros mismos, nos permite razonar, escribir poesía e imaginar el futuro. Pero esta parte de nuestra mente es pequeña comparada con el resto. El cerebro nos ancla a emociones, instintos y sesgos propios de épocas muy lejanas. Las emociones pueden proporcionarnos placer (o sufrimiento) de una manera inmediata, lo que no puede hacer el raciocinio. Por eso la publicidad no apunta a nuestra razón, sino a nuestra emoción. Por otra parte, somos seres sociales que necesitan ser parte de un grupo. También esto explica lo difícil que es cambiar de opinión, pues implica un profundo trabajo racional que nos enfrenta a nuestras emociones e instintos. En cualquier caso, creo que los neandertales no se extinguieron realmente. Yo los veo en multitud de lugares: en las gradas de un campo de fútbol, en reuniones de comunidades de vecinos, en bandas organizadas, etc.; pero sobre todo oigo sus gruñidos e improperios en lugares donde debería imperar el uso de la razón. ¿Dónde? Pruebe a que su razón le dé la respuesta, pues en España tenemos bastantes de estos lugares. Diecinueve, para ser exactos.

Mariano Domingo Oset. ZARAGOZA

No están a la altura

Las personas que nos tendrían que dar ejemplo no hacen más que insultarse. Por ejemplo, con la visita del presidente argentino se produjeron una serie de reproches que indignan. No importa decir ‘sí’ y luego ‘pero...’ sobre la marcha. Importantes personalidades no están dando la talla en ningún sentido, gente que tendría que estar a la altura de quienes les han elegido se dedica a lanzar improperios contra el gobernante de turno y al revés. Pero cuando haya que pedir el voto creerán que la gente se ha olvidado... Craso error. Por eso están ascendiendo partidos de ultraderecha y de izquierdas ampliamente minoritarios. Lo que va a pasar en Cataluña con la repetición de elecciones, con el gasto que supone, no tiene explicación. Y así seguiríamos enumerando situaciones que no tienen fin.

Antonio Rodríguez Cabello. ZARAGOZA

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