Opinión
Suscríbete
Por
  • Editorial

Comienzan las obras de la nueva Romareda

El desmontaje del concierto de Bunbury avanza.
Comienzan las obras de la nueva Romareda
José Miguel Marco 

Las obras de la nueva Romareda han comenzado. Después de 23 años de vaivenes políticos y proyectos fallidos, está en marcha el derribo del Gol Sur, de la antigua gerencia de Urbanismo y del Cubo. 

Hay que reclamar a los responsables de las obras que se cumplan con el máximo rigor tanto el presupuesto como el calendario. Zaragoza y el resto de la Comunidad esperan con ilusión la construcción de la icónica infraestructura que está llamada a actuar como el mayor centro cultural y deportivo de Aragón.

El inicio de las obras supone un punto de inflexión en la azarosa historia del anhelo de la capital por contar con un nuevo campo que sustituya a las viejas instalaciones, que tantos días de gloria del Real Zaragoza han acogido. Este primer paso para levantar un estadio moderno y flexible, con el que la capital aspira a ser sede del Mundial de fútbol 2030, vivirá hitos importantes en las próximas semanas. Los planes son que sea una realidad a finales de 2027 o principios de 2028. Tendrá una capacidad de 43.110 espectadores para los eventos deportivos, una cifra que podrá incrementarse hasta los 50.266 en los conciertos. Esta capacidad multiusos debe facilitar el diálogo entre el edificio y la ciudad. De hecho, hay que reclamar al Ayuntamiento cesaraugustano que potencie los beneficios también de puertas afuera.

A imagen de otras grandes urbes, la nueva Romareda debe explotarse ya como motor de regeneración de la ciudad, de rehabilitación de enclaves devaluados y de potenciador de sinergias que repercutan en beneficio de todos los ciudadanos. Han sido más de dos décadas de espera y de frustraciones, pero ahora que por fin han comenzado las obras deben multiplicarse las iniciativas para que este complejo deportivo y cultural dé lugar a un espacio público renovado y de calidad.

Francia, ante el reto de formar un gobierno

Comienzan las negociaciones en Francia para tratar de formar un Gobierno, tras el vuelco electoral del pasado domingo en las elecciones legislativas que permitió frenar a la extrema derecha de Marine Le Pen, y donde el bloque de izquierda quedó ganador, seguido del partido del presidente Macron. Este ha rechazado la dimisión del primer ministro, Gabriel Attal, y ha decidido mantenerlo de momento en el Ejecutivo "para garantizar la estabilidad del país". Sin embargo, Francia ha entrado en una dimensión política desconocida. No se sabe cómo se va a armar el nuevo Gobierno, ni cuándo, ni quién lo compondrá. De entrada, el Nuevo Frente Popular, que ha quedado primero en número de escaños, es solo una coalición coyuntural que incluye desde el radicalismo trasnochado de La Francia Insumisa al progresismo centrista, pasando por los verdes y los socialistas tradicionales. En casi todos los países occidentales, la política se está volviendo más radical, más fragmentada y más inestable.

La educación, más allá de las trincheras

Equipos directivos de los centros públicos de enseñanza, sindicatos y familias convocan una concentración ante el Departamento aragonés de Educación para evitar que en septiembre «haya 500 docentes menos», una cifra que la Consejería niega. Más allá del debate político, la sociedad debe exigir a sus gobernantes una educación compartida y que no deja a nadie atrás. Este es el mejor legado que podemos ofrecer a las siguientes generaciones.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión