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Cartas al director de HERALDO: La agonía de las bibliotecas escolares

Uno de los espacios de la nueva biblioteca escolar
Biblioteca escolar
CEIP San Juan de la Peña

La agonía de las bibliotecas escolares

Según la Unesco la biblioteca escolar proporciona información e ideas para desenvolverse con éxito en nuestra sociedad. Proporciona a los alumnos competencias para el aprendizaje a lo largo de toda su vida y contribuye a desarrollar su imaginación. 

Pero parece que nuestros gobernantes se han olvidado de ello, pues no hacen otra cosa que reducir el número de horas que los profesores disponemos para ocuparnos de ellas. Cuando empecé en este oficio, las encargadas de biblioteca contaban con toda una jornada laboral para organizarlas. Cuando la asumí, como profesora de Lengua, esa jornada de treinta horas semanales se redujo a tres, en la que había que: catalogar libros, prestarlos, realizar actividades motivadoras, concursos varios, celebrar el día de la biblioteca, de las mujeres, de la paz… Estos días, los directores de los centros se encuentran negociando el cupo de profesores, y comprueban con preocupación cómo desaparecen horas de apoyo a los alumnos; también, las de proyectos y programas que contribuyen a favorecer una enseñanza educativa más variada y motivadora. Como disminuyen además las horas dedicadas a la intensa burocracia que los jefes de los departamentos didácticos deben asumir por parte de la administración educativa y hasta se rebajan esas tres escasas horas de dedicación a la biblioteca del centro. En cambio, eso sí, se aumentan el número de alumnos por clase. Sin duda, esa es la mejor manera de formar ciudadanos responsables, como señala la Unesco o como dice la famosa cita atribuida a Santa Teresa; "Lee y conducirás, no leas y serás conducido". ¡No hay más palabras…! ¡Ni sitio para custodiarlas!

Yolanda Comín Loscos. ZARAGOZA

Con cargo al erario

Estoy de acuerdo en la subida salarial acordada por el Gobierno central para los funcionarios, pero no en la ‘paguilla’. Que no quieran justificarse por retraso de la Administración por incumplir sus compromisos acordados. Esto tiene una segunda lectura, el político no es funcionario, pero también se adjudica la subida salarial. Con cargo al erario, que somos todos los españoles que pagamos nuestros impuestos.

Pascual Enrique Gimeno García. ZARAGOZA

No se valora la especialización en enfermería familiar

Imagínense que para acceder a un determinado puesto de trabajo lo que menos contara fuera la formación específica para dicho puesto. No tiene ninguna lógica, ¿verdad? Pues eso es lo que está pasando en el ámbito de la enfermería. Hace unos días, se anunciaron los traslados de enfermeras a Atención Primaria y en el correspondiente baremo la especialidad de enfermería familiar y comunitaria, es decir, en el entorno de la Atención Primaria, no cuenta para nada. A una enfermera que después de su grado estudia para presentarse al examen EIR, saca plaza y se forma durante dos años para ser especialista en enfermería familiar y comunitaria, su especialidad no le cuenta para trasladarse a Atención Primaria. No se premia el esfuerzo, tampoco la especialización, no se premia la formación. El dinero invertido en la formación sanitaria especializada no se devuelve a la población en forma de calidad en los cuidados. Y nos preguntamos por qué cada vez funciona peor la Atención Primaria.

Cristina Villar Yus Representante de Enfermería Familiar y Comunitaria en la Delegación de Aragón de la Asociación de Enfermeras internas residentes (AEIR). ZARAGOZA

Asentamientos en la estación del Portillo

El número de los ‘sin techo’ que viven en la estación del Portillo ha aumentado y su situación se ha agravado. Y digo que viven porque ya hay varios asentamientos. La zona es insegura y cada vez más insalubre, siendo un espacio de paso para todos los vecinos colindantes, que tienen derecho a transitar sin miedo. Me parece vergonzoso que el Ayuntamiento no tome medidas en esta desastrosa situación, demasiado prolongada, ya que esa no es una vida digna para estas personas, además del riesgo que supone para los habitantes cercanos tanto en seguridad como en higiene: excrementos, hogueras en la acera (riesgo de incendio), orines, cristales rotos, peleas, alcohol, basura, comida putrefacta, comentarios inapropiados a viandantes (esperemos que no derive en acoso sexual), drogas...

Virginia Cubas Esteban. ZARAGOZA

¿Dónde están aquellos galenos de antaño?

Qué difícil hoy en día resulta entenderse y hacerse entender bien, en algo tan sencillo como es expresar un malestar, con un profesional de la medicina, con muchos doctores que juraron ‘por Apolo...’. En esta época, cuando se intenta simplificar hasta lo más obvio, lo que antes era tan sencillo de entender se complica, creando una ansiedad añadida paciente-médico. ¿Por qué?, me pregunto. Pero claro, ya tengo 67 años de vida sobre este Planeta, también bastante mayorcito, pero joven aún y con mucha vida por delante; digo, el sufrido Planeta. ¿Qué les pasa a los médicos actuales que están tan amargados, tan machacados, tan melancólicos? Ustedes me dirán que hay pocos, que les pagan poco, que no salen oposiciones, etcétera. ¿No será que la mayoría no poseen ese don de los dioses para empatizar con los pacientes, para curar, para remediar males humanos? Yo creo que existe una falta de vocación y de empatía; tanto en lo referente a médicos como a sacerdotes, ya que ambos deberían dedicarse a curar, unos el cuerpo y otros el espíritu. Dos profesiones vocacionales donde las haya; y si eso falla, no hay nada que hacer. Los pacientes se encuentran ante una falta de confianza y de comprensión absolutas, ya que ambos se hallan a años luz de distancia. Si esto no cambia y se vuelve a los remedios decimonónicos, es decir, y pongo por caso, tomar el pulso al paciente, mirar la frente para ver si hay fiebre o intentar paliar con una sonrisa, como una madre hace con su hijo, todos los males humanos, acabaremos inmersos en el ‘Gran Cenote’ de la tristeza que es la vida. Preguntas retóricas: ¿dónde están aquellos nobles galenos de antaño?, ¿dónde, sus buenos remedios y su arte de hacer sentir mejor al paciente?, ¿dónde, su sabiduría del bien hacer y la preocupación por el enfermo? Aunque sobre este tema y otros muchos derivados podría hacer correr ríos de tinta, ahí lo dejó.

Mercedes Barranco Delgado. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas. cartas@heraldo.es

(Puede consultar aquí todas las cartas al director publicadas en HERALDO)

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