Opinión
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Una tarta con velas

Una tarta con velas
Una tarta con velas
Pixabay

Mis padres siempre me felicitan el cumpleaños con una postal; incluido aquel en que confundieron la dirección y la recibió un tipo creo que de San Fernando de Henares que, por cierto, nunca la devolvió a su remitente. Hay gente que se siente sola.

El caso es que la postal exige sus plazos postales, valga la redundancia, y eso me hace recibirla uno o dos días después de la fecha. Aquello, hasta este año, suponía una espera gozosa y la pregunta diaria: "¿Te ha llegado ya?". Como si el cariño viajara a su propietario por derecho y a éste le antecediera una ilusión que es, en realidad, todo lo que merece una espera en este mundo.

La cosa ha cambiado drásticamente este año en el que, por fin en el buzón, tuve a bien informar a mi madre vía WhatsApp de que ya estaba en mi poder. La respuesta fue clara: "Calla que estamos intentando dormir a la chica".

Mi sobrina lleva cuatro meses en este mundo, tiempo suficiente para dejar algunas certezas a su criterio; por ejemplo, que las 5 de la mañana es buena hora para empezar el día; que los lapsos entre tomas del biberón son una noción, pero no ley inquebrantable; y que ha venido para reordenar las prioridades de todos.

Yo, que me admito placentario a mis 36 veranos, me reconocí sorprendido por una respuesta maternal tan seca, que tardé dos segundos en contextualizar. Soy una persona adulta, madura, no voy a rivalizar con un bebé (porque sé que perdería ese pulso).

Mi hermana, que nació tres años y cuatro días después que yo, ha tenido similar padecer en su reciente aniversario. Una videollamada denotó lo esperado: que a la niña le basta un sonajero en la mano y dos muecas para ser la tarta con velas de todos nuestros cumpleaños.

En general, los primeros pasos hacia nosotros ansían convertirnos en centro de atención (hacemos cosas terribles para ello). Esta inocencia en primer grado, en cambio, nos rescata del ombligo para darnos la verdadera dimensión de la trascendencia. Esa que no nos pone en el centro sino alrededor de algo más pequeño que, en realidad, es lo que nos protege.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Juanma Fernández en HERALDO)

Juanma Fernández es periodista

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