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Cartas al director de HERALDO: Nostalgia del programa ‘¡Qué grande es el cine!’

José Luis Garci, en la presentación de ‘Classics’.
José Luis Garci, en la presentación de ‘Classics’.
Vocento

Nostalgia del programa ‘¡Qué grande es el cine!’

Si yo fuera el responsable de TVE que permitió la pérdida del programa ‘¡Qué grande es el cine!’ aún me estaría tirando de los pelos y ya estaría totalmente calvo. 

También, si fuera quien no permitió su vuelta en el más que probable intento de José Luis Garci por devolverlo a la televisión pública, que es donde debe estar, en lugar de recalar en esa cadena tan dogmática en la que ahora se emite –que, por otro lado, casi iguala por el extremo opuesto en dogmatismo ideológico a la pública–, con el estúpido título en inglés de ‘Classics’. Y es que es un verdadero placer descubrir películas que muchas veces son desconocidas por quienes integramos el gran público o volver a ver los clásicos incuestionables –sin constantes repeticiones, como ocurre con el programa ‘Días de cine clásico’ de La 2, que en este duelo no puede competir con el programa de 13 TV ni en variedad ni en profundidad de análisis– y, sobre todo, asistir a los coloquios que se entablan después de su emisión entre los participantes, donde se aprende un sinfín sobre la historia del cine y sus entresijos de manera amena y distendida, como en una charla de amigos. Igual que hace treinta años, cuando a muchos nos despertó la cinefilia, pero esta vez contando además con el punto de vista femenino. Aunque, claro está, siempre hay algo por mejorar porque el cine mudo parece que no exista y tampoco parecen creer que en el bloque socialista se filmaran obras de arte que el mundo deba conocer. Quizá si algún día vuelve a la pública, sea posible...

Carlos San Miguel Echeverría. TARAZONA

Que nadie decida por ellos

Hoy me he encontrado con una persona que también vive en un grupo familiar con una persona con discapacidad. Con una gran tristeza, expreso lo que muchas madres, hermanos, hermanas, amigos, amigas, etc., sentimos. Esa tristeza nace de los problemas que nos crean el rechazo, las miradas que les juzgan e incluso sentencian. Esa tristeza nace de que nos intenten imponer decisiones que son nuestras. No queremos que nadie decida por ellos y nosotros quién, cuándo y dónde deben vivir. Nadie legalmente puede decidir por ellos y nosotros si es mejor institucionalizarlos. Mucho menos, falsear informes o patologías. ¿Por qué? Porque yo no decido ni juzgo lo que ellos hacen con sus familiares. Somos nosotros los que queremos vivir y disfrutar de nuestros hijos, hermanos, etc., capaces de querer sin condiciones, de convertir cada día en un reto. Son personas que se benefician de la vida en su familia, de la socialización en los entornos que les aceptan; y nosotros les queremos. Es la ley de discapacidad quien les da la oportunidad de expresar lo que quieren. Es nuestra decisión, intentar respetar al máximo sus decisiones y darles el máximo de posibilidades de normalidad. Solo les pedimos a los que se creen capaces de elegir por los demás, de juzgar decisiones de los demás o de imponer sus decisiones, que nos respeten en la misma medida que ellos y ellas les respetarán. Porque nuestras personas, con su especial sensibilidad, detectan su rechazo y no les dirán cómo vivir. Aprendan, por favor, ese respeto: el respeto a los demás, tan olvidado.

Carmen Guillén Subirán. ZARAGOZA

Volver al fango

La masa uniforme de voceros del doctor Sánchez ha acogido, desde hace ya unas semanas, el término ‘fango’ como metáfora contraargumentativa ante cualquier ataque que pudiera recibir el presidente. El término ‘fango’ invalida cualquier exposición fáctica. Si Begoña Gómez está citada para comparecer por presuntos delitos de tráfico de influencias: fango. Si el hermano del doctor, sangre de su sangre, presuntamente ha cambiado de residencia fiscal teniendo un pagador español: fango. ¿Qué encierra el término ‘fango’? Para el presocrático Jenófanes, el fango, es decir, la mezcla entre la tierra y el mar es el principio de todas las cosas. Para la teología cristiana, el fango es la sustancia que vivificó al hombre elevándolo por encima del resto de los animales. Me cuesta entender que el séquito del doctor Sánchez entienda ‘fango’ como lodazal donde retozan los puercos. Estoy convencido de que para ellos ‘fango’ es el estrato en el descansan las raíces de las flores más hermosas y, además, futura respuesta a las misteriosas preguntas de sus familiares.

Ignacio Pérez-Aguirre Porras. ZARAGOZA

Hacia la quiebra del Estado

Tras los comicios europeos, Sánchez, cercado por múltiples escándalos, cual víctima del sistema, muestra síntomas de una pesada digestión por la derrota socialista, lo que se ha traducido en nuevas amenazas a oposición, jueces y periodistas. Aventajado discípulo de Zapatero, que ha fagocitado a los partidos a su izquierda, en proceso de desmembramiento, y que sobrevive exprimiendo el apoyo catalán, para consolidar el voto socialista, con argumentos de revancha guerracivilista que han cegado a una parte de la ciudadanía. En el lado opuesto, una derecha irresponsablemente dividida y enfrentada, balón de oxígeno para el Gobierno socialista, que ha favorecido que una unión minoritaria de los independentistas catalanes se haya hecho con la presidencia del Parlamento, previo voto telemático de fugados, a pesar del veto del Tribunal Constitucional. Infracción sin consecuencias penales para estos delincuentes, dada la actitud encubridora del Ejecutivo, en clara muestra de "convivencia, cordialidad y concordia" sanchistas. Los secesionistas también controlan la mesa del Parlamento, tras apartar de ella a una torpe y dividida mayoría constitucionalista, muestra del ‘espíritu democrático’ secesionista. Así, el panorama postelectoral presenta un débil Ejecutivo inmerso en una peligrosa carrera contrarreloj por mantener viva la candidatura de Illa a la presidencia de la Generalitat y a Sánchez en el poder, que se excusa en una ficticia "singularidad" catalana para negociar nuevas cesiones –el concierto fiscal, la condonación de 15.000 millones de euros y una ‘enmienda catalana’ que blinda todas las competencias de la autonomía–, clara antesala al referéndum secesionista, rompiendo más si cabe el principio de igualdad y solidaridad entre españoles y en irresponsable deriva a una quiebra del Estado que hoy conocemos, con desastrosas consecuencias, algo que parece ser todavía hay ciudadanos que no quieren ver.

Miguel Ángel Moliner del Ruste. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas. cartas@heraldo.es

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