Opinión
Suscríbete

La conquista de una meta

Fotos de la Quebrantahuesos 2024
Quebrantahuesos 2024
Javier Navarro

Remueve la cabeza –y el alma– contemplar el deambular de ese peregrinaje inmenso alargadísimo, de ciclistas echados al monte para desgastarse en un reto de apariencia incomprensible: completar la cicloturista Quebrantahuesos. 

Más de doscientos kilómetros de un trazado envuelto en la belleza del paisaje de los Pirineos, que se torna demoledor. Un revoltijo de asfalto que por momentos deshace el cuerpo y el alma, pero que no es capaz de destrozar la ilusión de miles de corredores en busca de un anhelo, la meta de Sabiñánigo.

Resulta complejo tratar de entender qué es lo que mueve a esos deportistas, enamorados del ciclismo, a adentrarse por entre los recovecos de una vía perturbadora; por los perfiles de una ruta que quiebra la razón y hace dudar al alma, por más que sea ella la que garantice seguir adelante. Empeño para el que se han preparado durante meses.

¿Qué lleva a seguir adelante? Con seguridad, el ánimo de conseguir aquello que acaricia lo imposible; o de rebajar en unos minutos el logro que selló una alegría pasada. Y la carretera se empapa del sudor de las ambiciones, de los retos que se hacen equipaje sobre las espaldas de esos nuevos aventureros, conquistadores de sus propias pretensiones. Escondidas en pedaladas: una a una, cientos a cientos, miles a miles. Las que mueven las ruedas y los espíritus.

El mapa encadena las subidas y bajadas del Somport y del Marie Blanque. Y ya comprometido el ánimo, conmueve contemplar el pedaleo errático de una procesión desordenada que suspira por encontrar, a través de ese alargado camino que parece nunca acabar, la cima del Portalet, que pretende ser antesala del cielo. Porque después de la conquista final del puerto de Hoz, el desgaste y el dolor adquieren sentido ante la vista del paraíso de Sabiñánigo, allí en donde horas antes se había bautizado la esperanza de llegar.

La meta. El mérito de lograr un reto por el valor que justifica esa conquista. Ejemplo de mil otras cosas por las que merece la pena pelear en la vida, por más que haya quienes no consigan comprenderlas.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Miguel Gay en HERALDO)

Miguel Gay Vitoria es periodista

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión