Casi cuatro de cada diez aragoneses tienen un seguro privado y la mayoría de ellos, el 75%, reconoce que el principal motivo para su contratación fue la "rapidez" en la atención. 

Los retrasos son unas de las principales preocupaciones de los ciudadanos ante un problema de salud. De hecho, para el 40,9% de los pacientes transcurrieron más de tres meses desde la consulta de atención primaria hasta la del especialista. Estas demoras, semejantes a las de pruebas diagnósticas, son un problema clásico al que se le presta menos atención que a las listas de espera quirúrgica. Es preciso abordarlo con una mejor optimización de los recursos ya disponibles.

El barómetro sanitario de 2023, publicado por el Ministerio en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas, señala que un 40,5% de los aragoneses considera que el Salud funciona bien, aunque son necesarios cambios, y hasta el 29,1% cree que estos deben ser "fundamentales". Las personas que opinan que el sistema funciona mal y necesita cambios profundos son el 13,4%. Según esta herramienta que mide la opinión de la población respecto al sistema de salud, la nota que pone la población aragonesa es de 6,43 puntos sobre 10, ligeramente superior a la media nacional (6,27). Esta moderada aprobación exige una mejora de la eficiencia.

Si la economía es la ciencia que estudia cómo se asignan unos recursos limitados para satisfacer unos deseos ilimitados, vale decir que los responsables sanitarios deben optimizar la asignación de los recursos sanitarios disponibles para satisfacer una demanda de salud ilimitada. Esto pasa, ante las evidentes limitaciones presupuestarias, por mejorar el funcionamiento del sistema con los recursos ya disponibles.