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Incendios forestales: Para proteger nuestros montes frente al fuego

Tierra quemada en el incendio forestal de Ateca en el verano de 2022.
Tierra quemada en el incendio forestal de Ateca en el verano de 2022.
José Miguel Marco | Moros tras los incendios foresta

Estamos ya en verano y con el calor llega la época más peligrosa para los incendios forestales. 

Esperemos que las lluvias caídas en Aragón, sobre todo en los Pirineos, esta primavera hayan aliviado las sequedades, preparando nuestros bosques para resistirse al fuego, y que podamos repetir un estío como el del año pasado, cuando apenas hubo incidencias graves. Pero en los últimos tiempos hemos visto, en distintos lugares de España o en Portugal o en Grecia, incendios pavorosos, de esos que llaman ‘de sexta generación’ y que los expertos consideran inextinguibles. Si es imposible extinguirlos, lo que debemos intentar es que no se prenda la llama. El asunto preocupa en muchos pueblos, sobre todo en los pueblos, y la asociación de entidades locales del Pirineo, Adelpa, ya ha pedido al Gobierno de Aragón que tome medidas preventivas, no solo para proteger los montes sino también las poblaciones. En esencia, piden que se fomente y facilite el desbroce de los montes, el mantenimiento de los cortafuegos y los accesos, las actividades agroganaderas que promueven una diversidad de paisajes y la separación de las áreas pobladas y las arboladas. Propuestas que coinciden con las que plantean los técnicos, como puede verse en los artículos del profesor Víctor Resco de Dios que, a través de The Conversation España, ha publicado HERALDO. Se trata en definitiva de restar combustible al fuego y de dificultar su avance recurriendo a labores que hace décadas eran habituales en los pueblos, pero que se han ido abandonando a causa de la despoblación, del retroceso de terrenos agrícolas y de la ganadería extensiva. Y a causa también, muchas veces, de trabas burocráticas o políticas mal enfocadas. Afortunadamente, no faltan árboles ni bosques ni en Aragón ni en España. Al contrario, están creciendo y ganando tierras. Pero si los apreciamos, no debemos pensar solo en su expansión, sino también en su cuidado y en su salud.

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