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Cartas al director de HERALDO: Todo es posible

Todo es posible
Todo es posible
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Todo es posible

Mi querida hija, si una palabra tuviera que resumirte en tu corta vida, sería ‘valiente’. Si una palabra tuviera que describir lo que sentimos como padres, es ‘orgullo’. Viniste al mundo con muchas dificultades pero ello no impidió que demostraras la fuerza y valentía con la que te enfrentarías a miles de ‘imposibles’ que nos esperaban. 

Mamá, en uno de esos momentos oscuros, interiorizó una frase que marcaría nuestra experiencia vital: "Lo consiguieron porque no sabían que era imposible". Eran tantas las veces que escuchaba "es imposible" que su fuerza interior como madre quiso transformar todos los imposibles en posibles. Has demostrado que si quieres puedes. Hoy es tu día, tu graduación en primaria. Alzas con orgullo tu diploma, tus ojos se llenan de lágrimas de felicidad, tu cara refleja la satisfacción y tu grito abandera ‘nada es imposible’. Hoy demuestras al mundo que, con mucho trabajo y acompañamiento, aquella persona con necesidades puede como cualquier otra. Hoy le das un zasca al sistema educativo que no confía en la inclusión, realzas el nombre de tus auxiliares, Carmen e Irene, y tu tutor, Íñigo, como las personas que más confiaron en ti, te animaron, te acompañaron y te ayudaron a no rendirte. Das las gracias a todos los profesionales que han confiado en nosotros y han demostrado que no estamos solos, que el amor por su trabajo y por ti puede cambiar los imposibles en posibles. Hoy, tu día es nuestro también, porque sentimos ese reconocimiento desde el orgullo de ver la persona en la que te has convertido y los valores humanos que dejas en las personas que te han conocido en este camino. Orgullo de salir juntos con ese certificado que resume ‘Todo es posible’.

María Villar Gordo. EL BURGO DE EBRO (ZARAGOZA)

El feliz nacimiento de Tuca, la cervatilla de Jaca

Agradezco este espacio en prensa para poder hacer una aportación a una reciente noticia en este periódico. Dicha noticia, bonita noticia, hace referencia a Tuca, una cervatilla que ha nacido en el foso de la Ciudadela de Jaca. Nace cincuenta años después de la introducción de varios ciervos en dicho foso, allá por marzo de 1974, hecho que mis hermanos y yo recordamos perfectamente puesto que fue nuestro padre, David Belloc Poderós, veterinario del entonces Icona, quien los trajo directamente desde los montes de Toledo e hizo el seguimiento de la adaptación a su nuevo entorno. Aquello funcionó y hoy el foso de la Ciudadela cuenta con muchos ejemplares, así como en otras zonas de la Jacetania.

Irene Belloc Muñoz. ZARAGOZA

El libro, alimento del espíritu

Disfrutaba del final de la Feria del Libro con varios de ellos bajo el brazo, firmados por sus autores, pensando en la trascendencia que puede tener un libro en la vida. Libro, palabra mágica que equivale a conocimiento y que todos deberíamos pedir como se pide pan o se pide lluvia para la tierra en la sequía. El libro, sabiduría de la especie, que sabe estar ahí presente, siempre ofreciendo y nunca solicitando nada, permanentemente a tu disposición para que te detengas en él cuando quieras. El libro es la escalera para subir a la cumbre del espíritu y del corazón, es esa comunicación íntima de quien escribe y de quien lee en un diálogo tranquilo y sereno con las páginas del autor, en un viaje al interior de uno mismo, es el abrazo de la palabra escrita. Ningún libro pertenece sólo a quien lo escribe, no hay autor si no hay lector. Cada vez que una mano lo coge y lo lee, lo reescribe y lo reinterpreta. Escribo por no poderlo evitar, por la necesidad de transmitir lo que pienso, siento, amo, espero, sufro, temo y gozo. La medida de la lectura no debe ser solo el número de libros leídos, sino todo lo que nos puede decir cada uno. Cuando alguna vez vamos al teatro, a un concierto, a una fiesta o leemos un libro que nos emociona, lamentamos que las personas que queremos no se encuentren allí con nosotros, sentimos una leve melancolía de que no hayan gozado a nuestro lado. Esa melancolía se agrava por todos los que, por falta de recursos, no pueden acceder a lo que nosotros disfrutamos. Bien está que todos los hombres coman, pero también que todos los hombres sepan. Tengo tanta lástima de un hombre que quiere saber y no puede, como de un hambriento. La agonía de un alma insatisfecha dura toda una vida. No solo hay que anhelar reivindicaciones políticas y económicas, sino también culturales, ya que solo a través de éstas se podrán empezar a resolver los problemas en los que hoy se debaten los pueblos. Hay quien vive para escribir, escribe para enseñar y enseña para transmitir valores, por lo que hay que buscar la luz de los mejores. Estén donde estén y vengan de donde vengan, ellos son los que nos alientan a crecer y por ello ningún valor humano nos debe ser ajeno.

José Luis Romanos Marfil. ZARAGOZA

Los videojuegos: no todo es malo

Hoy en día, los videojuegos entre los jóvenes son muy populares. Mucha gente, mayoritariamente adultos, piensa que los videojuegos son solo una pérdida de tiempo, ya que no aprendes nada con ellos, y lo único que hacen es comerle la cabeza al niño. Posiblemente tengan razón en la mayor parte de las cosas, y hay que asumir que lo único que quieren es proteger a sus hijos, es entendible. Pero, aparte de todos los malos sentidos, podríamos encontrar aspectos positivos en los videojuegos, como por ejemplo el aumento de desarrollo de la creatividad o la memoria. Normalmente estos desarrollos se encuentran en los videojuegos hechos para eso. Seguramente los adultos digan la típica frase de: «Nosotros a vuestra edad nos hemos entretenido y divertido sin pantallas»; es verdad, pero hay que comprender que las cosas han cambiado y no son como eran antes. Con esto no me refiero a que los niños deban tener la libertad de jugar el tiempo que quieran, pero tampoco me refiero a que los padres/adultos lleguen al punto de quitarle los aparatos tecnológicos. A lo que quiero llegar con esto es a que aunque los niños deberían controlar el tiempo que están con estos aparatos tecnológicos, los adultos por su parte deberían ver por lo menos algún que otro aspecto positivo más hacia la tecnología, ya que es lo que posiblemente domine el mundo en un futuro no muy lejano.

Zoé Pérez Blasco. La Puebla de Alfindén (Zaragoza)

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas. cartas@heraldo.es

(Puede consultar aquí todas las cartas al director publicadas en HERALDO)

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