El décimo aniversario del reinado de Felipe VI, que se cumple el próximo miércoles, ha de ser motivo de celebración para todos los españoles. 

La monarquía, que impulsó en la Transición el establecimiento de la democracia y la apertura de España al mundo, es hoy, en tiempos de tensiones e incertidumbre, un necesario pilar de estabilidad para la sociedad española. Y se prepara, en la persona de la princesa Leonor, para dar continuidad al marco de convivencia en libertad que representa y ampara la Constitución.

Los reyes Felipe y Letizia, junto a sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, celebrarán el día 19, con diversos actos en el Palacio Real, el décimo aniversario de la proclamación de don Felipe, ante las Cortes Generales, como rey de España. Un momento histórico que supuso una oportuna renovación de la monarquía constitucional y que abrió un reinado que ha estado marcado por los cambios acelerados en la sociedad española y en el ámbito internacional. Cambios que han traído consigo avances y esperanzas, pero también temores y fricciones, incluido un clima político muy polarizado que está tristemente erosionando el funcionamiento de algunas instituciones democráticas. En este contexto, el ejemplar comportamiento del Rey y de su familia en el cumplimiento de sus altas funciones y como símbolo de la nación y del Estado ha aportado un valioso factor de equilibrio y serenidad que sin duda valora la mayor parte de la ciudadanía española y aragonesa. El Rey hace así realidad el aserto de que la Corona es la clave de bóveda del edificio constitucional. La conmemoración del próximo miércoles, en la que junto a representantes institucionales participarán ciudadanos corrientes y que tiene lugar mientras doña Leonor, como Princesa de Asturias, se prepara para su futuro como reina, es pues un motivo de alegría para todos los españoles.