Opinión
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Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

El chisgarabís académico

El chisgarabís académico
El chisgarabís académico
M. STUDIO

Esta es la historia de un intelectual al que no le gustaba la idea de ser un intelectual. Siendo un adolescente, creía que un intelectual venía a ser un escritor que, en vez de tomarse en serio su trabajo, se tomaba en serio a sí mismo, y que, en vez de conformarse con hablar de lo que sabía, hablaba de lo que no sabía, y además lo hacía con una autoridad grandilocuente. Por eso, con dieciocho años, Javier Cercas no aspiraba a ser Jean-Paul Sartre, sino Borges o Kafka.

Con el tiempo, el joven extremeño que, siendo niño, fue llevado a vivir a Cataluña se convirtió en un prestigioso novelista. De hecho, ‘Soldados de Salamina’ (2001) o ‘Anatomía de un instante’ (2009) son obras que ya jalonan la historia de la literatura española del siglo XXI. No obstante, es también un narrador con plena conciencia de su condición de ciudadano. Y al escritor, como a cualquier otro ciudadano, la realidad le obliga a tomar partido ante lo que acontece, sea la invasión de Ucrania, la degradación de la política o el independentismo en Cataluña. De hecho, su compromiso cívico lo ha convertido en uno de los intelectuales más escuchados en España y aún en Europa.

A él, a pesar de todo, le cuesta ser catalogado como intelectual. Con tenaz iconoclasia, cita a Rafael Sánchez Ferlosio para establecer su declaración de principios: "La palabra intelectual es demasiado respetable para mí. En el fondo no me siento más que un chisgarabís". El que hoy es quizás el narrador español más internacional se percibe, ante todo, como un escritor de novelas. Pero él mismo advierte que cuando el literato decide firmar artículos en prensa debe hacerlo teniendo siempre presente el imperativo que enunció Ezra Pound: "Haré declaraciones que pocas personas se pueden permitir porque pondrían en peligro sus ingresos o su prestigio en sus mundos profesionales". Cercas se siente un novelista libre que debe tomar partido y que no se resigna a callarse.

A pesar de todo… hay buenas noticias. España bate récords de empleo, Alcaraz gana Roland Garros, nuestras costas se llenan de turistas, La Roja se estrena hoy en la Eurocopa… y un gran escritor, Javier Cercas, acaba de ser elegido como miembro de la Real Academia Española

Su perseverante compromiso cívico y su calidad estilística le introducen en la nómina de los más rutilantes articulistas. Participa así en uno de los fenómenos más enriquecedores de las letras españolas: la dignificación de los llamados ‘géneros narrativos menores’, como el cuento, las memorias y la columna periodística. En el artículo literario, donde el análisis se compagina con la voluntad del elevado estilo, hay maestros indiscutibles. Más allá de Larra, las figuras anteriores a la Guerra Civil (Azorín, Unamuno, Ortega…) y las de la postguerra (Sánchez Mazas, González Ruano…), las últimas hornadas han sido prolíficas: Umbral, Ferlosio, Marías, Vargas Llosa, Pérez Reverte, Millás o Irene Vallejo, entre otros muchos.

Desde hace ya más de veinte años, Javier Cercas ha demostrado su capacidad para escribir prodigiosas obras narrativas y, también, artículos portentosos cuyas señas de identidad son lucidez, liberalidad, claridad y humor. Se podrá estar de acuerdo o discrepar de sus tesis, pero nadie le podrá negar su honestidad, su apasionada defensa de la libertad y su vocación de servicio público. Precisamente con ese espíritu ha recibido el nombramiento como académico de la RAE: "Esta es una institución al servicio de todos. Los académicos no tienen un sueldo ni un despacho y todo lo que se hace aquí es por el bien común".

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por José Javier Rueda en HERALDO)

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