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Redactor jefe de Aragón en HERALDO DE ARAGÓN

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Josep Rull (Junts), elegido nuevo presidente del Parlament de Cataluña
Josep Rull (Junts), elegido nuevo presidente del Parlament de Cataluña
Quique García

En la política contemporánea, uno salta de un charco a otro sin solución de continuidad y casi sin mojarse los pies. Un día se discute sobre si cuatro puntos es un empate o si Alvise Pérez sorteará su sueldo de eurodiputado y al siguiente la pregunta es cuándo vuelve el expresidente catalán Carles Puigdemont o cuánto cuesta saltarse a la torera las órdenes del Tribunal Constitucional. Tiempos acelerados estos en los que no hay un minuto para digerir las victorias o las derrotas. ¿Quién se acuerda de las europeas?

El pasado ya no existe, excepto para revisar con nostalgia las gráficas que dicen que el PP es un poco más fuerte que ayer y el PSOE más débil, sin que nadie se desplome todavía en la lona. Sánchez continúa siendo presidente y Feijóo líder de la oposición y así seguirá un tiempo. Como las europeas no han sido decisivas para mover gran cosa, salvo el orgullo de la vicepresidenta Yolanda Díaz, ahora el debate está en cuánto aguanta el 'status quo' y quién sufre más por el camino.

Superadas las elecciones europeas, llega la siguiente pantalla. Sin respiro para la digestión del 9-J, el Parlamento catalán llegó ayer a un acuerdo para que lo presida Josep Rull con desobediencia previa al Constitucional. El bloque independentista, que lleva dos elecciones seguidas dando tumbos, se hizo con la mayoría en la mesa de la Cámara que las urnas le negaron en el escrutinio y ya se prepara para que un fugado de la Justicia sea candidato a la investidura como presidente de la Generalitat. ¿Amnistía? Más madera.

Los problemas de Cataluña vuelven a marcar el ritmo de la política española, inmersa en un partido agónico en el que la duda es hasta dónde se puede estirar la cuerda del chantaje a un PSOE para el que "resistir" es ganar. La repetición electoral es ya la banda sonora de las tertulias radiofónicas y los asesores sacan las hojas de cálculo para ver cómo sería la cosa. Y eso que todavía se está hablando de los entremeses del poder. El independentismo aún no ha empezado a pedir lo suyo de verdad. ¿Hasta cuándo seguirá el juego? ¿Hasta el ‘game over’?

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