Las elecciones europeas del pasado domingo tienen muchas lecturas internas para los partidos, como ocurre con la dimisión de la líder de Sumar, Yolanda Díaz por el varapalo recibido por parte de los votantes. 

Pero, salvando las distancias, la reacción inmediatas más trascendente para Aragón ha sido la decisión del presidente francés, Emmanuel Macron, de adelantar las elecciones a la Asamblea Nacional para el 30 de junio y 7 de julio.

La posición del Gobierno francés sobre el futuro del ferrocarril Pau-Canfranc-Zaragoza, con los 33 kilómetros pendientes de reconstruir en territorio francés, a un coste de más de 400 millones de euros, es una asignatura pendiente, y puede depender de quién gane en esas elecciones legislativas.

La insospechada resolución de Macron después de unos comicios europeos, que coincidieron con el 80 aniversario del desembarco de Normandía, fue su manera de reaccionar a la victoria arrolladora de Marine Le Pen, con un 31,3% de los votos, que sitúa a su partido ultraderechista, Reagrupamiento Nacional, por delante del partido del presidente, Renacimiento, con un 14,6%, y del Partido Socialista-Plaza Pública, con el 13,8%.

A las empresas españolas que están reconstruyendo los tramos Ayerbe-Caldearenas y Jaca-Canfranc no les corresponde reabrir el trayecto Huesca-Canfranc al menos hasta el 30 de septiembre, como exige Adif, aunque los trabajadores estiman que no podrá ser antes del 30 de marzo de 2025. De cualquier modo, y a pesar de que el futuro del ferrocarril de Canfranc entre España y Francia puede ser una decisión regional de los gobiernos de Nueva Aquitania y de Aragón, lo cierto es que los comicios legislativos franceses pueden retrasar el proyecto por enésima vez.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Ramón J. Campo en HERALDO)