Opinión
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Zaragoza son sus casas

Vista de varias viviendas en Zaragoza junto a la Torre de la Magdalena.
Zaragoza son sus casas.
José Miguel Marco

Los avances de la zona de bajas emisiones en el centro de Zaragoza son una feliz noticia para una ciudad de casi un millón de personas que merece asumir este tipo de políticas.

Como exiliado en Madrid desde hace casi doce años, acostumbrado desde hace tiempo a convivir con este tipo de restricciones, me parece que Zaragoza va tarde en una medida de este tipo y me parecen excesivos los plazos que se atisban para la puesta en marcha de las sanciones. Espero al menos que la ciudad utilice este amplísimo margen para activar las alternativas de movilidad necesarias para poder dejar el coche en casa: un buen transporte público, moderno y con frecuencias que dignifiquen al usuario, y carriles bici, entre otros.

Cosa distinta es el nuevo camino de Zaragoza para limitar los pisos turísticos. La situación de la ciudad como atrayente de un turismo no tan masivo como Madrid, Barcelona, Málaga o Valencia, le ha permitido darse un margen respecto a estas restricciones.

Ahora bien, la experiencia de los que vivimos en una de las citadas ciudades bien merece que estas líneas sirvan como un mensaje de alerta de lo que supone la proliferación de este tipo de arrendamientos en una ciudad. Internet, que llega a todo mucho antes que cualquier normativa municipal o transformación de un sector económico, irrumpió con aquello de la economía colaborativa cuando nos convencían de que sería muy guay viajar de forma económica durmiendo en el sofá de un particular. Aquello, que era un cuento para echar a andar la destrucción del tejido hotelero (también de sus puntos más negativos), ha estallado en un absoluto sinsentido donde los centros de las ciudades son reos de la irresponsabilidad de propietarios y Administraciones municipales.

Un piso turístico expulsa la idiosincrasia del núcleo de una ciudad porque destruye la convivencia de un bloque entero, que acaba tomando similar destino.

Zaragoza está a tiempo de protegerse del frío de las ciudades con nombre pero sin apellido y seguir siendo un lugar que se reconozca más allá de las guías de turismo.

Juanma Fernández es periodista

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Juanma Fernández en HERALDO)

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