Vivienda
Para cualquiera es crucial poder acceder a una vivienda digna. Los medios de comunicación muestran las dificultades reales que existen. El alquiler o la hipoteca representa una parte sustancial de los ingresos de cualquier persona.
Para los jóvenes o quienes tienen ingresos bajos, el problema es todavía mayor. En las grandes ciudades estas dificultades se acrecientan, pero en el medio rural las cosas no son más fáciles. En muchos pueblos pequeños deseosos de que lleguen nuevos pobladores o de que se queden los jóvenes, ni siquiera hay viviendas disponibles. En las conversaciones cotidianas el tema es recurrente, pero en el debate político está casi ausente. Se pueden hacer cosas y los gobiernos tienen un papel relevante. La política de construcción de viviendas sociales ha sido muy débil en España, casi con independencia del signo político de los diversos gobiernos. Hay mucho margen para actuar con decisión en esta dirección. Por otro lado, nuestro marco legal encarece los alquileres y deja viviendas fuera del mercado. El impago de un alquiler, cuando surgen situaciones de vulnerabilidad, no es asumido socialmente, sino que el coste recae en el propietario, por lo que este exige garantías altas o simplemente no se sacan las viviendas al mercado.
No tengo soluciones mágicas, pero este debería ser uno de los temas principales del debate parlamentario y de la acción de las diversas administraciones. Los ciudadanos agradeceríamos que los responsables políticos se ocuparan de lo que de verdad nos importa.
Vicente Pinilla es catedrático de Historia Económica en la Universidad de Zaragoza
