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Por
  • Alberto Izquierdo Vicente

Teruel sí, pero no así

Teruel sí, pero no así
Teruel sí, pero no así
Heraldo

Aragón vive un momento de esplendor en lo que se refiere a nuevos proyectos tecnológicos, logísticos, industriales y energéticos. Día tras día se anuncian nuevas iniciativas con inversiones millonarias y con la promesa de creación de miles de puestos de trabajo.

Nuestra Comunidad ha trabajado mucho durante los últimos años para crear las condiciones necesarias que atraigan a las grandes multinacionales y empresas tecnológicas. Agua, viento y sol, nuestra principal fuente de riqueza, han sido factores fundamentales para que hayan elegido Aragón como base para sus proyectos.

¿Todo Aragón? Tristemente la respuesta es no. La provincia de Zaragoza, sobre todo la capital y su área metropolitana, acapara buena parte de estos grandes proyectos. La de Huesca, en menor medida, también se está viendo beneficiada. Pero, ¿qué pasa con Teruel? ¿Por qué las tecnológicas no eligen esta provincia?

Si exceptuamos el aeropuerto de Teruel, esta provincia carece de grandes proyectos de futuro que garanticen la supervivencia de sus pueblos, de sus habitantes. Con sus 14.809 kilómetros cuadrados de superficie, repartidos en 236 municipios y una entidad local menor, Teruel dispone del potencial necesario para acoger grandes empresas y, lo que es igual de importante, recibir trabajadores que consigan revitalizar un territorio que muere como consecuencia de la despoblación.

Entonces, ¿cuál es el problema? La judicialización de proyectos, sobre todo de energías renovables, en tierras turolenses ha alertado a algunas grandes empresas interesadas en emprender en esta provincia. Por un lado, temen la posibilidad de entrar en batallas judiciales interminables y, por otro, buscan emplazamientos que les ofrezcan la energía que necesitan o en los que poder ubicar sus propias instalaciones de autoconsumo.

Las empresas perciben el clima social hostil creado en los últimos tiempos en torno a las energías renovables en Teruel, no solo hacia la instalación de placas fotovoltaicas y aerogeneradores, sino también hacia las multinacionales que quieren desarrollar proyectos de autoconsumo industrial y que requieren líneas de alta tensión para captar la energía producida.

Las constantes denuncias ante la Fiscalía de nuevos proyectos de renovables, movilizaciones y actos de protesta de organizaciones ecologistas, movimientos sociales transformados en verdaderos ‘lobbies’ o, incluso, formaciones políticas que intentan captar votos causando alarma hacen que las grandes corporaciones no vean con buenos ojos desarrollar proyectos en esta provincia.

El clima hostil que se ha generado en la provincia de Teruel hacia los proyectos de energías renovables está impidiendo la llegada de posibles inversiones

Todo esto no tiene sentido si se analizan los datos. Según un estudio de Clenar (el Clúster de la Energía de Aragón) y la Universidad de Zaragoza, los proyectos de energía renovable ocupaban en Aragón, en 2021, menos de un 1% de su superficie. Pero si se miran los datos por comarcas, encontramos cómo en Teruel, las de Andorra-Sierra de Arcos, Maestrazgo, Matarraña, Bajo Aragón o Sierra de Albarracín, por ejemplo, ese año tenían cero proyectos de energías renovables en funcionamiento.

No sirve de nada defender servicios públicos para todos si, por otra parte, se está frenando el crecimiento de una provincia. ¿Cómo va a volver la gente a nuestras comarcas si no les ofrecen un trabajo que les garantice un futuro estable? ¿Nuestra provincia se puede sustentar solo con el trabajo en el sector servicios, la agricultura y la ganadería? ¿Queremos que se convierta en un gran parque de atracciones que solo reciba gente los fines de semana?

Desde el Partido Aragonés apostamos por un Aragón tecnológico, con futuro, igualitario, no por un Aragón a dos velocidades que es lo que está consiguiendo la irresponsabilidad de algunos, que lo único que quieren es diseñar el futuro de la provincia como ellos quieren.

La planificación energética y la atracción de empresas no es un proyecto político, debe ser un proyecto de Comunidad, de Gobierno. Para ello, es necesario un clima de paz social, de entendimiento, de trabajo en equipo. Allí estaremos nosotros, apoyando este gran proyecto de futuro.

Alberto Izquierdo Vicente es portavoz del Partido Aragonés (PAR) en las Cortes de Aragón

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