Opinión
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Por
  • Isabel Nerín

Hacerse mayor

Hacerse mayor
Hacerse mayor
Pixabay

Las oraciones reflexivas son aquellas en las que la acción del verbo recae directamente sobre el sujeto; pueden construirse con verbos reflexivos, como por ejemplo arrepentirse, o con otros verbos cuya acción la realiza el sujeto sobre sí mismo. 

Hacerse mayor es una frase que oímos y decimos con frecuencia, quizás sin pararnos a pensar en lo que realmente significa. Aunque, como casi siempre ocurre, su significado varía según el contexto. Durante la infancia, hacerse mayor resulta casi una obligación en la que interviene la responsabilidad personal, mientras que en las etapas avanzadas de la vida se entiende como un fenómeno fisiológico en el que la persona discurre de manera pasiva. Y nada más lejos de la realidad. Hacerse mayor es siempre un proceso activo importante a practicar a lo largo de la vida. Nadie se levanta una mañana mayor, sino que se va haciendo día a día. De la misma manera que durante la infancia o la adolescencia se presupone una implicación individual para el desarrollo posterior de la vida adulta, existe también la responsabilidad de prepararse para la longevidad. En España la esperanza de vida es de 83 años, por lo que es relevante llegar en las mejores condiciones, siempre y cuando las circunstancias no controlables lo permitan. Quizás la pregunta ‘¿qué quieres ser de mayor?’, habitual en la infancia, deberíamos planteárnosla mientras la vida avanza. Porque si quieres ser una persona con capacidad para disfrutar todo lo que te da la edad (experiencia, sabiduría, autonomía, asertividad) tendrías que empezar a hacerte mayor desde hoy mismo.

Isabel Nerín es directora de la Cátedra SEMG-Estilos de Vida (Unizar)

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