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Cartas al director de HERALDO: El milagro es sobrevivir

El milagro es sobrevivir
El milagro es sobrevivir
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El milagro es sobrevivir

Cada día y conforme mayores nos vamos haciendo, comprobamos que, gracias a la estupidez y a la vanidad humanas, lo milagroso es que sigamos permaneciendo como especie. Si nos alejamos de la pecera, veríamos cómo unos peces se comen a otros hasta reventar y desaparecer. 

Si fuéramos científicos buscaríamos qué causa este comportamiento de autodestrucción de la especie. Pero somos humanos y racionalizamos nuestras conductas, incluso buscamos la trascendencia de nuestros modelos de vida. Nunca como ahora estamos tan cerca de la extinción como especie y eso es debido a la falta de sentido común de nuestros dirigentes. Los pilares del bienestar, salud, educación, seguridad y cultura están siendo desmantelados sin la participación de la sociedad civil. De repente un centro de salud se queda sin urgencias, un niño se queda sin poder acudir al colegio por vivir en un pueblo pequeño, las fuerzas del orden se ven vapuleadas y sin autoridad y solo una parte de la sociedad se siente en posesión de la cultura. Desde una cierta distancia y tal como estamos tratando la casa común que es la Tierra, lo verdaderamente milagroso es que día a día sigamos como especie pobladora. La esperanza está en nuestra forma de hacer las cosas, en nuestra capacidad de humanizar nuestras relaciones, sean laborales, sociales, culturales… en el respeto mutuo, en el servir a los demás y a uno mismo, en atender lo urgente sin descuidar lo necesario y reconstruir una humanidad más acorde con sus capacidades puestas en juego para el bien común y la preservación de la vida en el planeta Tierra.

Carmen Pili Lamuela. MORATA DE JALÓN (ZARAGOZA)

Peligro en los caminos

Continuando la carta de una lectora sobre el impuesto a las bicicletas y los monopatines, quería señalar que he sufrido en los caminos rurales de Zaragoza dos ‘agresiones’ de ciclistas que iban a excesiva velocidad y otras tantas de canes que estaban sueltos, aunque según su dueño «no hacían nada». En concreto en el camino de Juslibol, en el de Monzalbarba y en el camino natural del Gállego. Algo hay que hacer para que no sea una aventura caminar por esos entornos cuando una nube de ciclistas arrampla a sus anchas dominando toda la senda. Puede que sea difícil ponerles un seguro, ya que están ejerciendo una actividad deportiva como cuando salimos a correr o a andar. Quizá el matricular las bicicletas y los patinetes y ligar esa matrícula a una cobertura mínima del seguro ante terceros podría servir. Y habría que modificar la normativa municipal sobre la tenencia de animales para que no haya que evitar rutas magníficas para el paseo porque hay animales sueltos o adiestradores clandestinos de perros de caza, por dar dos ejemplos.

Federico Rodríguez de Rivera. ZARAGOZA

Impuestos y despoblación

En la declaración de renta hay un apartado que dice ‘Deducciones autonómicas’, en el que nos podemos deducir 600 euros por vivir en uno de los 660 pueblos de Aragón con riesgo extremo de despoblación. También la deducción por paternidad/maternidad por el tercer hijo o sucesivos se amplía de 500 a 600 euros en estas poblaciones. Estas deducciones para frenar la despoblación van por buen camino, el siguiente paso sería el que rebajasen el IRPF y los impuestos a las empresas que se ubicasen en estos municipios creando empleo y fijando población.

Santiago Gimeno Val. PURROY (ZARAGOZA )

El extraño regreso

Mi tía murió con 96 años. Su hija pequeña, de la que entonces se hizo cargo la hija mayor por estar afectada con el síndrome de Down, murió dos años después en casa de su hermana, que reside en otra ciudad. Madre e hija pequeña pasaban largas temporadas en casa de la hija mayor por estar en el mar. Las difuntas vivían de alquiler en un piso grande y deteriorado, que inmediatamente su dueña puso a la venta. Al cabo de un par de meses, el piso se vendió por mediación de una inmobiliaria y lo compró una arquitecta que realizó una gran reforma. Un día, madre e hija fallecidas regresaron a su antiguo piso con un par de maletas con ruedas de regreso de la playa y se asombraron de la espectacular reforma realizada. La dueña había tirado paredes, agrandado las habitaciones, instalado radiadores de calefacción, todo nuevo, a estrenar. «¡Qué bien viviremos ahora!», no dejó de exclamar mi tía mientras ambas recorrían el piso disfrutando de los cambios que encontraron. Nada era como lo dejaron unos meses antes, cuando lo abandonaron para estar con la parienta en su casa de la playa. Pero la hija pequeña se lamentó de que su pequeño cuarto, en el que tenía sus distracciones, había desaparecido en la reforma. Nunca visité esta casa reformada porque no me enteré de este regreso inexplicable y los nuevos inquilinos de la vivienda tampoco se enteraron de que mi tía y mi prima volvían a vivir allí, a su lado. Un día me llamó la propietaria de la vivienda y me dijo que sus inquilinos oían voces misteriosas y me preguntó si yo sabía algo. Por eso sospeché que mi tía y mi prima vivían otra vez allí, cómodamente instaladas.

Martina Pellejero Cuéllar. ZARAGOZA

Prácticamente sin gobierno

Que buen país es España, llevamos casi un año prácticamente sin gobierno, solo ocupados en insultos y descalificaciones, y aun así la economía va como una moto, sobre todo para algunos. Claro que si se ponen a gobernar la cagan, nos enfadamos con Argentina y quitamos a la embajadora, por decir de la mujer del presidente lo que se lee en los medios de comunicación, y queremos ver normal lo que dijo nuestro ministro del presidente argentino. Por la misma ley de proporcionalidad los argentinos nos tenían que haber invadido. A lo mejor si alguien cogiera un libro conocería la frase de que la mujer del César tiene que ser honrada y parecerlo. Ahora nos ponemos al lado de Palestina y nos enfadamos con Israel, pues bien, pues bueno, a lo mejor es buena oportunidad de enviar de embajadora a alguna ministra y exministra, y así de paso les echan una mano a las mujeres de allí, que buena falta les hace. Qué risas se van a echar las próximas generaciones cuando lean la historia reciente de España.

Mariano Martínez Beltrán. GALLUR (ZARAGOZA)

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas. cartas@heraldo.es

(Puede consultar aquí todas las cartas al director publicadas en HERALDO)

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