Hay que humanizar el capitalismo

El capitalismo tiene una lógica pero no una moral. La economía debería ajustarse a la sociedad y no tener una sociedad subordinada a la economía. El crecimiento desmesurado, los salarios orgiásticos de algunos y las desigualdades crean un cóctel peligroso. 

La acumulación de riqueza en manos de unos pocos, excluyendo a la mayoría, provoca miseria. El lucro por el lucro crea el capitalismo salvaje, que produce monopolios y controla el mercado. Este capitalismo salvaje pretende eliminar al Estado en su tarea de controlador y regulador para adueñarse a placer del mercado. Se ha permitido que aparezcan enormes desigualdades de riqueza y oportunidades, a la par que ha habido largos años de políticas de austeridad, propiciando la proliferación de ideologías extremas y nacionalismos. Hasta Draghi, expresidente del BCE, publica un trabajo en el que reclama una mejor redistribución de los beneficios de la globalización y un mayor foco en la seguridad económica para todos, así como ayudas a los colectivos más afectados por las crisis. Vivimos tiempos en los que la economía y el rendimiento están sustituyendo al humanismo y eclipsando valores. Entendiendo que el capitalismo es el único modelo de producción posible, tendría que generar soluciones, poniendo por delante a la sociedad y a las personas. Habrá que redefinir el progreso tratando de civilizar y humanizar el capitalismo, con una economía más justa, más democrática y más sostenible en la que la riqueza no cree tantas desigualdades. La felicidad no puede medirse por la riqueza que se acumula, sino por su justa distribución.

José Luis Romanos Marfil. ZARAGOZA

‘Os Andarines’ y la ruta de los castillos

Sobresaliente. Un año más ‘Os Andarines’ de Aragón vuelven a poner en valor el rico patrimonio aragonés de la mano del deporte; una iniciativa de carácter social que es capaz de aunar la voluntad de la sociedad aragonesa; desde las amas de casa de Bolea hasta el último de los voluntarios andarines que colaboran en la organización del evento. Reconocer emblemas como el Castillo de Loarre, el Castillo de Marcuello, los Mallos de Riglos no tiene precio. Servicios de ambulancia medicalizada, protección civil; puestos de avituallamiento a cada paso te llevan en volandas, etc., todo un lujo y un despliegue de medios que cada año sorprende más. Iniciativas como estas hacen que como servidor público que soy cada día me sienta más en deuda y orgulloso de ser aragonés, de su cultura, de su gente… De personas desinteresadas así deberíamos aprender más, en su empeño solamente de hacernos disfrutar a todos. Enhorabuena, amigos.

Carlos Antonio Piqueras Cascante. ZARAGOZA

Equipos directivos, más sobrecarga de trabajo

Como jefa de estudios adjunta de un instituto de educación secundaria, no puedo dar crédito a la decisión de permitir que los jefes de estudios adjuntos sean nombrados miembros del tribunal de oposición. Entiendo y respeto que durante el mes de julio estemos a disposición de la Administración, pero ¿cómo se espera que cumplamos ambas labores al mismo tiempo? Personalmente, y con una experiencia de cinco años en el cargo, no me sentiría capacitada para realizar con rigurosidad y de manera simultánea ambas tareas. Quizás sea un hecho desconocido, pero para que el curso siguiente pueda empezar puntualmente en septiembre los equipos directivos seguimos trabajando intensamente durante el mes de julio y también a finales de agosto. Por otra parte, los opositores, que han estado estudiando arduamente para su examen, merecen un tribunal que pueda prestarles toda la atención, no a alguien preocupado por abandonar a su equipo directivo, por sobrecargarlos con aún más trabajo del que ya tienen, y por el trabajo de jefatura que tendrá que hacer y que no sabe cuándo va a poder hacer. Esta situación evidencia una vez más que el trabajo de las jefaturas adjuntas está gravemente infravalorado ya que no se reconoce ni se apoya adecuadamente su carga laboral. Si alguien se seguía preguntando por qué nadie quiere ser equipo directivo y por qué desde Inspección se están viendo obligados a asignar directores en los centros educativos, aquí tiene otra razón más.

Noelia Navarrete Moreno. ZARAGOZA

González y el jarrón chino

Cuando perdió las elecciones, Felipe González dijo que los expresidentes del Gobierno son como jarrones chinos en un apartamento pequeño: «Se supone que tienen valor y nadie se atreve a tirarlos a la basura, pero en realidad estorban en todas partes». Viendo su entrevista de ‘El Hormiguero’ no puedo estar más de acuerdo con él en esa definición.

Edmundo Bueno Guinea. ZARAGOZA

La plaga de los móviles

El transporte público en Zaragoza funciona generalmente muy bien. Hay una gran frecuencia de autobuses y muchas líneas. El tranvía es cómodo, rápido y puntual. Y todos los inspectores con los que me he encontrado han sido educados y amables. Sólo una cosa falla: las actitudes egoístas e irrespetuosas de ciertos pasajeros, especialmente en lo que respecta al uso del teléfono móvil para escuchar música o vídeos sin cascos ni pinganillos. Si todo el mundo hiciera lo mismo, el ruido y la cacofonía serían insoportables. Este problema se agrava porque ni en autobuses ni en tranvías hay ningún aviso indicando claramente que utilizar el teléfono móvil molestando a los demás es propio de salvajes y de seres antisociales. Durante mucho tiempo hubo un problema similar con el tabaco. Los fumadores se creían con derecho a fumar en todos los sitios: en medios de transporte, bares, restaurantes, escuelas, hospitales… Afortunadamente todo esto se acabó y ahora sólo se puede fumar en unos pocos sitios muy delimitados. Igual que hubo una regulación del tabaco, ahora se debería regular también el uso de los móviles. El que quiera, que utilice su móvil, pero sin molestar; el que molesta, que pague una buena multa como respuesta a su falta de respeto hacia otros pasajeros. Y al igual que en el asunto del tabaco, se tendría que hacer extensivo a cualquier sitio donde se pudiera incomodar a otros. En países más civilizados que el nuestro, todo esto está ya regulado.

Luis Ignacio Pérez Navarro. ZARAGOZA

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