Hoy voy a Jaquearte
Aunque arriba la nieve reciente se enseñorea blanqueando las laderas altas de las puntas pirenaicas, como llegando presurosa al remate de un invierno húmedo y nivoso en su último tramo, el calor aprieta sin pudor en la tarde jacetana de primavera.
Ya será a las ocho el momento de rescatar la rebequica que ahora cuelga del brazo. El empedrado pulido por el paso del tiempo que cubre las calles del casco antiguo refulge azuzado por los rayos de un sol que brilla de soslayo, se cuela por las esquinas y te empuja presuroso hacia la sombra. Franqueo con gusto el enorme atrio de la viejísima catedral y el vello se me eriza. No sé si achacar el repentino frescor a la heladora exhalación de los gruesos muros de piedra o a la magnificencia de los capiteles románicos que te hablan del pasado con ricas escenas labradas por maestros canteros que dejaron su marca para que siglos después sigamos reconociéndoles este maravilloso legado. O ambas sensaciones a la vez.
Dentro, el espacio se acomoda hacia el cielo sostenido por contundentes columnas de altura colosal que hacen que te empequeñezcas por momentos hasta recuperar la humildad de tu estatura humana. No es necesario ser creyente para comprender la magia de la escenografía románica, que tiene en el Museo Diocesano de Jaca, situado en el claustro, una de las mejoras colecciones de la época que podemos disfrutar en Europa. Un museo repleto de historia que además está vivo, abierto a las nuevas tendencias, y que estos días, hasta el 15 de junio, exhibe una muestra del trabajo de 22 artistas locales, en un afán de combinar la belleza antigua y la moderna y que implica al tejido social. Se trata de Jaquearte, la primera muestra de arte contemporáneo del Pirineo, un proyecto cultural que cuenta con la implicación de otros tantos comercios adheridos que convierten en galerías sus locales y escaparates para lucir una selección de obras de los autores participantes. Una iniciativa que une el gran tesoro románico del Alto Aragón con las nuevas tendencias artísticas de sus pobladores en una simbiosis que hace que el conjunto se enriquezca. Un lujo que me resisto a no recomendarles.
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