Opinión
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Por fin otra vez

Por fin otra vez
Por fin otra vez
Pixabay

La presentación de la nueva época gloriosa fue en la Torre del Agua de la Expo (la Torre Nueva clásica aún no se ha hecho, pero va adelante). 

Pues allí se dijo lo que iba a venir y esta vez parece que es verdad y que ya estamos en el futuro. Hasta los ‘Dos Equipos’ se han salvado del descenso y desfibrilan a tope. La euforia agónica es sana a ratos. ¡Viva pues!

Los datos se van a posar como las palomas antes de las guerras últimas (qué azares: ha sido diezmar a las palomas y empezar a guerrear). Los datos –bienvenidos seáis, maños– son lo que más cotiza. Un bit vale más que cuesta enfriarlo.

Las guerras, aparte de lo malas que son, dan mucho que hablar y espolean el ingenio. A Ucrania le vamos a dar mil millones de euros de los que nos dio la UE el año pasado y que están sin adjudicar; el trasiego de dinero a priori es incalculable: con lo caro que va el dinero (aunque ahora lo van a bajar un poquico) para cobrar esos mil millones tendrán que desembolsar un dineral.

El dinero es un bit en una casilla, más la comisión. El libro que desvela este universo paradisíaco es ‘Perro sin nombre’, de Luis Carlos Marco Bruna, que va directo al hiperespacio íntimo de cada cual: "El noventa y nueve por ciento de la población que habita en el paraíso es feliz". "La policía sólo realizó en todo el paraíso dos disparos el año pasado". La alegría es inconmensurable menos el IRPF.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Mariano Gistaín en HERALDO)

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