Opinión
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Ciudades entre ruedines

Foto de un patinete eléctrico
Ciudades entre ruedines
Heraldo

Un niño de 11 años le robó el coche a su padre hace unos días en Huesca y se acabó estrellando contra otros. Yo me quedé pensando en cómo habría hecho para sacarlo de donde estuviera aparcado y si fue capaz de meter marcha más allá de la primera. 

Lo lógico es resaltar la imprudencia del chaval, pero a mí me ha costado no verle esa parte del mérito por la técnica a la ‘hazaña’ de la criatura.

No deja de recordarme el descontrol absoluto que viven ciudades como Madrid o Zaragoza (las dos que habito), respecto a la circulación también de todo lo que no sea un coche. De las motos leí que la capital maña iba a endurecer las multas por aparcar en la acera, aunque a día de hoy algunas parecen directamente un concesionario. Claro que eso apenas es nada si lo comparamos con el drama de bicicletas y patinetes.

A mí siempre me ha parecido que, en toda esa cosa que no es coche o moto, existe una proporcionalidad directa entre el tamaño de la rueda y la mala educación del conductor: a menor tamaño de rueda, menor educación vial. Así, hemos asumido que circulando en coche hay que aceptar que bicicletas, patinetes, patinadores, si me apuran monociclos… se salten los semáforos desde el amparo (digo yo que será) de las emisiones cero. Coches y motos hemos de circular con más espejos que el laberinto del Parque de Atracciones para proteger a estos usuarios, que luego te adelantan entre carriles, se saltan los semáforos, circulan por las aceras… Y eso como conductor, porque en el capítulo de paseante la cosa va de sortear estos artefactos, que circulan sin vergüenza por donde no deben, normalizando un hábito insostenible si la ambición pasa por ciudades con menos coches pero que mantengan un mínimo orden y funcionalidad vial.

Tan cutre es la cerrazón de ciertos políticos a los carriles bici, como la prepotencia de estos usuarios a moverse sin problema por donde no deben. Ambas cosas deberían desaparecer para construir ciudades sostenibles en lo eco y en el caminar, que para algo es cardioprotector y emisiones cero (salvo algunas digestiones).

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Juanma Fernández en HERALDO)

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