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  • Pedro Cía Gómez

La llegada de la IA a la medicina

La llegada de la IA a la medicina
La llegada de la IA a la medicina
Krisis'24

Las aportaciones de la inteligencia artificial (IA) al cuidado de la salud son ya notables, posibilitando una detección más temprana de la enfermedad y ofreciendo tratamientos y cuidados de mayor precisión. 

El desarrollo de la IA, discreto desde mediados del pasado siglo, aparece hoy como una verdadera eclosión social, debido a la posibilidad de procesar ingente número de datos y a la gran capacidad de computación actual.

Sin embargo, la utilización de la IA en el diario cuidado de la salud obliga a especiales atenciones para seguir desarrollando la asistencia como servicio, que se apoya en bases científicas, pero que se ejerce en el contexto de la relación personal, por lo tanto humanizadora, entre la persona cuidadora y la que recibe cuidados; teniendo en cuenta además que ésta es invitada cada vez más a ser partícipe activa en sus cuidados de salud (‘El Médico’, marzo de 2024).

En relación con estas ideas, recordaremos que la IA, y en particular su rama más boyante del aprendizaje profundo, basa su arquitectura en redes de neuronas artificiales, que evocan las neuronas y sus conexiones en nuestro cerebro. Los algoritmos son los responsables de analizar y procesar miles o millones de datos y son además capaces de aprender de ellos. El procesamiento de los datos da lugar a resultados y valiosas recomendaciones; pero aplicar tales decisiones requiere el consentimiento del paciente, tras ser adecuadamente informado. Se dan a veces situaciones en las que ni los expertos son capaces de descifrar las razones por las que los algoritmos han tomado una determinada decisión, lo que se conoce como algoritmos de ‘caja negra’. Estas situaciones pueden crear desconfianza en el médico y en el paciente, ya que ante indicaciones con base científica intentamos siempre conocer su explicación.

La inteligencia artificial va a aportar una gran ayuda en el cuidado de la salud

Otra de las ocupaciones importantes de los expertos es salvaguardar la confidencialidad de los datos y proteger la privacidad del paciente, exigencias habituales en el cuidado de la salud, dada la importancia de evitar la difusión de datos del diagnóstico o de peculiaridades de la personalidad del paciente o de determinados tratamientos, etc. Precisamente, la relación médico-paciente, "basada en el respeto y la confianza" (Código de Deontología Médica, 2022), se apoya mucho en el compromiso de secreto profesional.

En el manejo de sistemas de IA preocupa también la evitación de sesgos, algunos derivados de la introducción de los datos. Algunos estudios de salud se han basado en datos procedentes mayoritariamente de varones y, así, el análisis y procesamiento de esos datos dan lugar a resultados sesgados, útiles para la población de varones, pero menos adecuados para la de mujeres. Por ejemplo, las formas de manifestarse las enfermedades coronarias (las que ocasionan angina de pecho o infarto de miocardio) no son del todo iguales en las mujeres que en los varones; pero las descripciones clásicas se han basado en población masculina. Recientemente, la ‘Revista Española de Cardiología’ (diciembre, 2023) señalaba este problema.

Pero no hay que olvidar que la medicina se ejerce en el contexto de una relación personal entre el médico y el paciente, y que tiene que apoyarse en la confianza y el respeto a la persona

Son necesarias la normativa legal y la orientación ética, considerando la máxima dignidad de la persona, y siempre como finalidad, según defendió Kant, no como medio. Disponemos ya de la Ley Europea de Inteligencia Artificial desde marzo de este año, que es pionera y podría ser referente para orientaciones éticas y legales de ámbito universal.

La IA llega para aportar importantes novedades, quizá para revolucionar algunos aspectos de los cuidados y acelerar tareas que hoy consumen mucho tiempo; pero requiere su prudente aprovechamiento para el desarrollo de la salud de la persona y, solidariamente, de todas las personas.

Pedro Cía Gómez es catedrático de Medicina Interna

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