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Cartas al director de HERALDO: Espectaculares ceremonias castrenses

Solemne izado de bandera del Ejército del Aire y del Espacio en la plaza del Pilar de Zaragoza
Solemne izado de bandera del Ejército del Aire y del Espacio en la plaza del Pilar de Zaragoza
Toni Galan

Espectaculares ceremonias castrenses

Quiero expresar mi agradecimiento a todos los soldados, oficiales y demás mandos involucrados en la ceremonia que nos ofrecieron el sábado 11 mayo con motivo del Día de las Fuerzas Armadas, del izado de la bandera por la mañana y la retreta por la tarde en Zaragoza.

Estos actos simbólicos de respeto y dedicación no solo refuerzan los valores de nuestro país, también sirven como recordatorio constante de la vigilancia y el sacrificio que caracterizan a nuestras Fuerzas Armadas. Es un honor y un privilegio para los ciudadanos de Zaragoza, y para mí en particular, ser testigos de tales muestras de disciplina y respeto. Cada ceremonia no solo es una manifestación de los valores militares, sino que también fortalece el espíritu comunitario y el orgullo nacional entre la población a la que sirven. Gracias por su incansable dedicación y por mantener viva la tradición de estas espectaculares ceremonias. A destacar, la llegada por aire, con gran maestría del soldado que la portaba, de nuestra bandera, con la Basílica del Pilar de fondo, al igual que las magníficas marchas militares presentadas, la coordinación y el espíritu de las tropas durante estas marchas han sido verdaderamente muy emotivas y aplaudidas. Cada nota, cada paso y cada movimiento se reflejaban con emoción en las caras de los espectadores. Esperamos futuras ocasiones para presenciar estos actos públicos, que son un verdadero testimonio del espíritu castrense y la dedicación de nuestras Fuerzas Armadas. Gracias por brindarnos tal espectáculo de unidad y servicio. Con el mayor respeto y admiración.

Tomás Comín Blasco. ZARAGOZA

Cuando la vida tiene un precio

Se cumplen cinco años del inicio de mi declive. Comenzó con una enfermedad mal diagnosticada en los centros médicos concertados a los que yo estaba obligado a acudir por aquel entonces. Incluso uno de los médicos a domicilio, uno de tantos que me observaron, se atrevió a pautarme medicación para una supuesta depresión debido a mi estado ‘de letargo’. Por suerte mi familia se percató y buscaron ayuda urgente en el hospital Miguel Servet. Sus lamentos dicen que demasiado tarde. Tras un mes en la UCI y seis meses en el hospital me dieron el alta con importantes secuelas. Quizá por el tiempo perdido buscando solución donde no la iba a encontrar. Ahora, una sentencia me obliga a pagar el tiempo que estuve en la sanidad pública. Un servicio que no cesó en buscar una solución a mi patología. Una esperanza para mi familia en esos días de profundo caos en que se veían abocados a la resignación tras las altas médicas en los centros privados a los que acudían. Desconozco si es una resolución con fundamento legal o no. Lo que sí sé es que ojalá los centros médicos a los que asistí en primer lugar no hubieran cesado su trabajo, hubieran hecho las pruebas oportunas y hubieran hallado mi enfermedad. Tras cuatro años esperando a que se pronuncien, pierdo los ahorros de toda mi vida al asumir un gasto que no me corresponde a mí, sino a la compañía que venía recibiendo mensualmente mis pagos. La Justicia se equivoca. Supongo que no será fácil, pero el derecho material y la empatía deben prevalecer sobre la rigidez de la norma cuando, además, es ampliamente interpretable. Reivindico dos cosas: la sanidad pública universal, universal de verdad, para todos; y conciencia para que si a una persona del entorno le ocurre algo similar se insista para que le proporcionen la asistencia médica que merece.

Manuel Suárez Urbina. ZARAGOZA

La hombría de bien

Tuve la mejor sensación del día, el domingo día 12, al abrir el suplemento ‘XL Semanal’ donde un artículo me llamó la atención de inmediato. La entrevista con Paco Arango, que me supuso una bocanada de aire fresco, con su aventura de dirigir la Fundación Aladino para el tratamiento y mejora de los niños con cáncer. Después de leer el cumulo de noticias de guerras, políticos corruptos, asesinatos y sinvergüenzas en general, se agradece que personas como el señor Arango, y le doy tratamiento de señor con todo merecimiento, sean capaces de dedicarse a ayudar en el drama que hay detrás de un niño con esa terrible enfermedad, que arrasa al enfermo y a toda la familia. Lo único que puede preguntarse es por qué a él, y ahora mismo me cambiaría por él si pudiera. Por cierto, una de las cosas en las que más estoy de acuerdo con el Sr. Arango es la diferencia entre unos señores dedicados a intentar mejorar o en algunos casos sanar el cáncer, que me atrevo a calificar como hombres de bien, y otros que se atrevieron a criticar al Sr. Amancio Ortega, a quien se le reconoce que ha salvado con sus donaciones a muchos chavales. A los segundos no les vendría mal pasar unos días en los hospitales y conocer el infierno que padecen los seres más angelicales que existen. Los niños.

Javier Sánchez Íñigo. ZARAGOZA

Un gesto amable en el autobús

Quiero expresar mi agradecimiento a la joven que, el pasado día 21 de abril, me ayudó a tomar asiento en un autobús de la línea 21. Así como al matrimonio que me cedió el sitio ante la negativa de quien ocupaba en ese momento las plazas reservadas para personas con reducida movilidad.

Carmen Amigo. ZARAGOZA

Los patinetes y el seguro

Apenas veinticuatro horas después de lanzar la propuesta de que bicicletas y patinetes cuenten con un seguro de responsabilidad civil, el Ayuntamiento de Zaragoza recula por las quejas de algunos colectivos y partidos. Quiero dar unos datos de la Policía Local para que sirvan de reflexión. El año 2022 solamente los patinetes tuvieron 333 siniestros, 208 víctimas, y de estas 2 mortales. El espacio donde circulan bicis y patinetes es un espacio compartido con el resto de los usuarios, por lo que considero que no solamente se debe tener en cuenta la reticencia del colectivo ciclista o patinetero; en realidad son una minoría, mientras que peatones somos todos. Por eso, considerar por parte de ese colectivo que contar con un seguro es una desincentivación hacia el uso de las dos ruedas es ilógico. El seguro daría a los peatones y usuarios de las dos ruedas una garantía ante un posible accidente.

Manuel Vargas Ramírez. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas. cartas@heraldo.es

(Puede consultar aquí todas las cartas al director publicadas en HERALDO)

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