La ola

Tiene nombre surfero, aunque se dedique a la tecnología, y es noticia de hoy y futuro de mañana. Comienza en Zaragoza el congreso the Wave (la Ola) y solo por el nombre, la cita nos obliga a bucear. Aragón exhibe músculo tecnológico y aspira a convertirse en ‘hub’, o centro de más actividad en este sector.

Son los datos la mercancía que importa, porque en eso nos traducimos -o nos traducen- ya a las personas, montañas de datos que ofrecemos gratis y sin enterarnos, a grandes tecnológicas que los procesan y utilizan como producto. Para esto hace falta un tremendo chute energético, pero por viento, agua y sol no será. Aragón es pila y territorio, o sea el escenario idóneo para instalar estos centros de datos que son las nuevas granjas modernas.

No hemos pasado desapercibidos para los grandes -Amazon y Microsoft- que ya están aquí, y confían los pequeños en que sirvan de locomotora, y la administración en que ayuden a crear ecosistema y empleo, mientras el resto asistimos expectantes a este futuro en marcha del que, en realidad, poco sabemos. Cuando llegó la Opel, había quien recelaba por temor a la ‘dependencia de multinacional’. Pero el miedo no eclipsó la oportunidad, y ahora también la apreciamos en la tecnología, lo que no quita para que las alfombras rojas no escondan debajo las preguntas pertinentes. ¿Qué aportarán a Aragón estos centros de datos? ¿Será sostenible un consumo energético que los expertos avanzan que se triplicará en los próximos años? Y ¿multiplicaremos en ingenieros o en precarios digitales? Ojalá la ola de hoy nos traiga respuestas, y ni se nos lleve ni nos quedé solo la espuma.