España, demasiadas listas de espera

En nuestro país tenemos demasiadas listas de espera: operaciones (junio 2023), con 112 días de tiempo medio, 819.164 pacientes y un crecimiento del 10,43% sobre 2022; primera cita al especialista (junio 2023), con 63 días de media y 2.562.247 pacientes, aumentando el 8,26%; en salud mental (2022), con 60 días, aumentando un 5,8%; para la dependencia (2022), con 244.314 personas en espera de valoración y un tiempo medio para realizarla de 180 días. 

También seguimos en espera de la ley ELA (esclerosis lateral amiotrófica), prometida por el presidente del Gobierno, sin olvidar la pasividad de las instituciones ante la falta de natalidad suficiente para el relevo tanto generacional como profesional. Mientras la clase política se dedica a sacar los trapos sucios de su oponente, los ciudadanos seguimos a la espera de la gestión eficaz y necesaria para que estas listas de espera comiencen a disminuir. Elegimos a nuestros representantes sin tener el retorno que se espera de unos políticos aburridos e ineficaces. La vida pública sigue con el famoso ‘y tú más’, mientras los ciudadanos esperamos al ‘qué nos das’, a la vista de los últimos datos de Condiciones de vida del INE. Empobrecimiento es lo que nos ofrecen las fuerzas políticas, sin dar los pasos necesarios para que los ciudadanos tengamos que esperar menos tiempo a ser atendidos. Si la economía del hogar está maltrecha, la salud sigue la misma estela. Tenemos un Estado del ‘bien vivir’ de los políticos en oposición a la ‘supervivencia’ de los votantes. Es necesario un cambio en la forma de hacer política, con un enfoque más centrado en la gestión y en la resolución de los problemas de la población.

Pedro Marín Usón. ZARAGOZA

Con el cigarrito en la mano

Estoy contenta y triste. Contenta, porque he dejado de fumar. Después de tantos años fumando he conseguido dejarlo haciendo un clic en mi cabeza. Y estoy triste porque se ha ido mi mejor amigo, el que encendías a las 7 con el desayuno y se ponía tan contento con su lucecita brillante. Y después encendías otro y otro, así hasta la noche. En las celebraciones te ponías más contenta cuando lo encendías. Y si veías una peli en casa, con una copa te sentaba de maravilla. El cigarrito en la mano, gastando dinero, gastando salud. Sabes que te sienta mal, pero sigues. Espero aguantar las ganas de fumar y no recaer. Espero conseguirlo.

María Rosa Sánchez Benítez. ZARAGOZA

Aragón y el catalán

Cuarenta municipios en Mequinenza, más de veinte asociaciones, reunidos para reivindicar su derecho a hablar el catalán. En la Universidad de Zaragoza, 240 profesores solicitando lo mismo. ¿Qué le falta al señor Azcón para que se le abran los ojos, vea la realidad de Aragón y deje de lado su sectarismo ridículo contra el catalán? Que viaje por su Comunidad, que vaya a las villas de la ‘Franja’ y, si aún no queda convencido, es que se trata de un caso perdido.

Antoni Soler. LÉRIDA

Un agricultor del Jiloca

Soy agricultor y ganadero en el alto Jiloca, en la provincia de Teruel, vocacional y contento de serlo. Mi comarca se compone de un secano muy secativo y un regadío que tampoco da para regar toda la vega. Es una comarca pobre y por eso de siempre había mucho ganado ovino; ya casi no queda tampoco por lo complicado de las normas y lo esclavo que es. En mi zona un agricultor tipo cultiva las fincas ‘año y vez’, un año se siembra y otro descansa la tierra, evitando así el uso de herbicidas y plaguicidas. Siempre hemos rotado el cultivo, con barbecho y diferentes cereales, para optimizar la explotación. Tenemos en contra una PAC no adaptada a cada zona. Nos obligan a acciones que perjudican la producción y lastran la economía de una explotación, además de que no tienen ni pies ni cabeza ambientalmente. Ejemplo: Nos quieren poner un cuaderno digital para controlar un montón de variables y ellos no paran de cambiar cosas sobre la marcha. Los papeles admiten todo, la tierra y el ganado no. Ponen requisitos: no labrar en ciertas fechas, no pastorear ciertas fincas, no aplicar estiércol en otras, no a las quemas controladas de hileras de riego, sembrar cosas para los animales siendo que estos andan y vuelan y los tenemos todo el año comiendo en nuestras fincas: conejos, jabalíes, ciervos, lobos... Quieren que sembremos cultivos que no rinden nada en nuestra zona, un 4% de barbecho ecológico; alfalfes, esparcetas, buenos para el ganado, no valen para biodiversidad, siendo que comen todo el año las animales salvajes. Solo vale lo que se les ocurre a ellos. Venga chapas en la orejas de las ovejas, que la mitad las pierden en las matas, haciéndose heridas. No nos dejan aprovechar el monte como toda vida, etcétera. Se ven negros en las OCA, los sindicatos y las cooperativas para explicarnos cómo debemos cuadrar este sinsentido, y muchas veces se contradicen unos a otros. Para mí que les molesta que nos guste lo que hacemos.

Emilio Maorad Gómez. SANTA EULALIA DEL CAMPO (TERUEL)

Error en la gasolinera

Hace dos días, paramos mi marido y yo a repostar en una gasolinera de autoservicio de un pueblo cercano al nuestro, pero en Navarra. Tuvimos la suerte de que la empleada nos atendiera personalmente asegurándose de completar la totalidad del depósito con pequeños toques de boquerel. Debido a la alegría del buen servicio, no nos dimos cuenta de que el importe del tique correspondía a casi 62 litros, cuando la capacidad del depósito de nuestro coche es de 50 litros. Llamé a la central de Madrid para comunicarles el error y di todos los datos del repostaje: día, hora, número de surtidor... confiando a la vez en que las cámaras de seguridad confirmarían el modelo de mi vehículo. Pero cuál fue mi sorpresa al escuchar que no hay error, sino que las condiciones climatológicas eran la causa de que el diésel se me hubiera gastado antes. De nada me sirvió decir que el depósito no se agranda con el buen tiempo y que no reclamo el consumo sino los litros suministrados. No hay otra explicación y no me queda otra que volver personalmente a rellenar la hoja de reclamaciones o a hacer una comprobación con la probeta. Para 20 euros que me han timado, no voy a gastármelos en reclamar al más puro estilo de Don Erre que Erre.

Ana María Blasco Catalán. NOVILLAS (ZARAGOZA)

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