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Cartas al director de HERALDO: Tenemos que recuperar la serenidad

Tenemos que recuperar la serenidad
Tenemos que recuperar la serenidad
Pixabay

Tenemos que recuperar la serenidad

La serenidad es un estado que nos permite mantener la calma en medio de las dificultades, un don para poder afrontar situaciones desfavorables. Es también una actitud situada en un plano más profundo que nos procura un estado de equilibrio físico, mental y emocional. 

Vivimos en un mundo que solo nos reconoce por el poder, el dinero y la fama que alcancemos y que nos empuja y pone su énfasis en el tener, y no en el ser. Nos hace vivir con ansiedad y miedos a ser desaprobados o a no estar a la altura de lo que se espera de nosotros. Necesitamos encontrar una vía de acceso a esa totalidad que nos contiene, poniendo distancia con esta sociedad tan polarizada, donde se ha hecho de la palabra un arma de discordia. La serenidad nos llevará a la senda del encuentro con nosotros mismos. El ser humano, si se lo propone, puede caminar hacia el equilibrio y convertir su desorden interno en una fuente de armonía. ¡Urge modificar nuestra disposición mental y para eso hay un momento en el que hay que parar! ¿Podemos recuperar la serenidad? Sí, podemos, porque no hay que buscarla en ninguna parte ya que la tenemos en nuestro interior. A menudo buscamos muy lejos lo que tenemos muy cerca. Cada uno debe aprender a llenarse de sí mismo y a sentir el gozo de ese encuentro. Hay que emprender el trabajo que nos llevará a encender esa lámpara en nuestro interior. La serenidad que logremos será ese descanso de la mente que nos ayudará a un sereno y armonioso disfrute de la vida.

José Luis Romanos Marfil. ZARAGOZA

Vuela el caballo negro

Supongo que usted, como yo, tampoco ha pasado hambre de verdad, como les ha sucedido a 258 millones de personas en el mundo en 2023, entre los cuales hay 35 millones de niños de menos de 5 años. Además, esta situación aumenta de año en año. La inanición es dolorosa. Siempre ha habido hambre y desgraciadamente parece que seguirá habiendo en el futuro. El hambre es un problema político, que se podría solucionar si hubiera voluntad, pero como con tantos otros asuntos miramos a otro lado. En la década de 1960 unas mujeres de Acción Católica crearon Manos Unidas, una oenegé de la Iglesia para luchar contra el hambre, recaudando dinero para financiar proyectos dirigidos por misioneros en los países necesitados. Hay otras oenegés con el mismo fin. Pero ellas no bastan. En la Unión Europea no hay hambrunas desde los años siguientes a la Segunda Guerra Mundial, pero esto no quiere decir que no las pueda haber en el futuro. El hambre está en el origen de las revoluciones, desde la francesa y la rusa hasta la reciente árabe. Y es que un hambriento no tiene nada que perder. En España el Estado y la caridad están impidiendo esta lacra. Hay inmigrantes que vienen huyendo del hambre en sus países, bien causado por las crisis económicas, las guerras, las malas cosechas o por cambios en el clima o la superpoblación. ¿Qué hacer con tantos jóvenes en España sin recursos ni futuro ni esperanza? "Al abrir el tercer sello, vi un caballo negro cuyo jinete –el hambre– tenía en sus manos una balanza" (Apocalipsis 6,5), que cabalga a través de la historia hasta hoy.

Javier Pueyo Usón. ZARAGOZA

Doscientos litros de agua al día

Como un resorte me levanto del sofá, sin dar tiempo a la siesta, al escuchar las noticias de las tres de varias cadenas nacionales. Aquí escucho que en muchos municipios de Cataluña van a restringir el consumo de agua para personas, agricultura, industria. Me duele mucho escuchar esto porque mañana nos puede pasar a otras comunidades y no nos estamos tomando en serio el cambio prolongado que se está produciendo en el clima. Pero hay algo que me irrita sobremanera y es que les autoricen a gastar un máximo de 200 litros de agua al día, y a mí, en el recibo que me manda la oficina municipal del agua de Zaragoza, me recomiendan que modere el consumo de agua cuando mi consumo medio diario es de 58 litros. ¿Qué parámetros utiliza el Ayuntamiento de Zaragoza para decir los litros que tenemos que gastar? ¿Qué parámetros utilizan los organismos europeos para decir el consumo? ¿Qué medidas utiliza Cataluña para decir el consumo máximo? O me estoy volviendo loco o nos están moviendo como a títeres los poderes que nos gobiernan. Aclárenlo, pero sobre todo que llueva pronto.

Francisco Tartaj. ZARAGOZA

Las excelencias del libro

Hay libros que son maravillosos, paradigmas del saber, otros entretienen, sirven para amenizar un viaje, ambos enriquecen tu personalidad. Los primeros te forman, llegan a ser paradigma de tu cultura. Así, el filme ‘El séptimo sello’, que hay que conocer, es arquetipo de las dudas metafísicas y hamletianas de todo ser humano, y el místico que quiere una justificación del sufrimiento. El libro es un amigo en el camino, te da energías para hacer el sendero de la vida, una vitamina espiritual y lugar de reposo, como las posadas en los largos caminos de la Mancha de don Quijote. Pero mucha precaución, libros escritos por mentes totalitarias preparan a la humanidad para la esclavitud social, con pensamiento único que no admite discusión. Los griegos distinguían entre ‘episteme’, estudio de la ciencia con sus fundamentos, y la ‘doxa’, que es la opinión, como lo es la prensa, y en Zaragoza hemos debatido con y sobre los dogmáticos, escépticos, eclécticos y agnósticos, siempre con libertad y una nota de humor, aunque cuando un país ha perdido su cultura, el humor no existe o escasea. Y qué vamos a decir de la libertad de expresión, ésta se ve agredida por pensamientos únicos dominantes. Lo fue la quema de la Biblioteca de Alejandría, el martirio de Hipatia (filósofa y maestra neoplatónica griega). Ninguna obra puede quedar como algo completo y acabado, el concepto dinámico de la cultura no se puede encerrar en ningún libro, debe incitarnos a seguir más allá, como ha sucedido con la iglesia de la Sagrada Familia, de Gaudí, quien dejó los planos sin acabar y otros la han continuado construyendo como le hubiese gustado al autor. Los libros son escalones en el edificio del saber, nos conducen a una torre en la que no sabemos cuántos peldaños nos faltan para llegar arriba, esta será la labor del pensamiento humano del futuro. ¡Quién lo verá terminado! Eso querríamos todos, al igual que esperamos la venida del reino de Dios. Notable, la importancia de Jaime Martínez y la editorial ZYX, dos iconos de la Transición.

Isidoro Berdié Bueno. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas. cartas@heraldo.es

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