En pleno pico de altas temperaturas, aunque todavía estamos en abril, el Gobierno ha decidido adelantar la puesta en marcha del plan contra el calor. Las medidas del Ministerio de Sanidad y las autonomías entrarán en vigor el 15 de mayo. 

Es lógico que se actúe con diligencia porque buena parte del país está viviendo temperaturas propias del verano y que aún serán más elevadas hoy, cuando se prevén valores por encima de los 40 grados en algunos enclaves de la península. En este sentido, lo aconsejable es que cada comunidad adapte a sus circunstancias este plan en coordinación con el Ejecutivo central. España ocupa una superficie muy extensa, con zonas muy diferentes, y no sirven por igual las mismas medidas para todos los territorios. Cuanto más cautelosos y preventivos seamos con respecto a la salud de los ciudadanos, mejor.

El clima ya ha cambiado y la mayoría de los científicos advierten que las previsiones no son halagüeñas. A la intensa sequía que se arrastra desde el año pasado hay que sumar los episodios de calor inusual que ya se están sufriendo. Es una mezcla muy inquietante, no solo por los cuantiosos daños a los cultivos y la ganadería, sino también por el riesgo de incendios forestales. Los montes son ya un auténtico polvorín. Esta confluencia obliga a reaccionar de forma coordinada a todas las administraciones.

El episodio de calor que afecta a toda España esta semana apenas tiene precedentes, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología. Esta situación extraordinaria exige el estudio e incluso la aplicación ya de medidas extraordinarias. Algunas deben ser inmediatas y otras a medio plazo. Sería bueno que las ciudades se adaptaran reduciendo el asfalto, el tráfico y ampliando las zonas verdes. Seguramente la tecnología más eficiente que tenemos a nuestro alcance para hacer frente al calor es el árbol.