Tres años
![Imagen de la zona de Canal Roya de la estación de Astún.](https://imagenes.heraldo.es/files/image_990_556/files/fp/uploads/imagenes/2022/01/14/imagen-de-la-zona-de-canal-roya-de-la-estacion-de-astun.r_d.872-671.jpeg)
Hace tres años que dimos un frenazo en seco. El día 12 de marzo de 2020 servidora estaba volviendo de un viaje. Afortunadamente llegué a tiempo para recoger a mis hijos del colegio, uno de los primeros que cerró en Aragón.
A partir de entonces, nuestra sociedad y nuestro mundo que, aunque tiene y tenía sus problemas estaba más menos bien, se fracturó y se desestabilizó. Y el virus comenzó a ser una dantesca realidad. Recuerdo aquellos duros días de primavera en los que cada día moría más gente. Aprendimos y convivimos con palabras y conceptos nuevos. Pasaron meses y meses de variantes –delta y ómicron, entre otras– del virus SARS-CoV-2. Más de cinco mil aragoneses se quedaron en el camino. El sistema hospitalario estuvo a punto de colapsar. Miles de profesionales –que fueron quienes nos sacaron de aquello– combatían encarnizadamente y hasta la extenuación contra el aire y la enfermedad. Gracias. Gastamos mucha lejía, hidrogel y mascarillas. Guardamos las distancias de seguridad. Y los más nos vacunamos sin rechistar. Aquellos largos días de confinamiento mirábamos tras los cristales añorando el aire y el mundo de fuera. Queríamos oler la naturaleza, pasearla, sentirla, y quedarnos extasiados con su grandeza. La naturaleza, el mar, la montaña se convirtieron en arcadias, en evocadores edenes. Que no se nos olvide aquello, y tampoco que es una obligación moral cuidar y transmitir en las mejores condiciones posibles todo lo bueno que nos rodea, el patrimonio cultural y el natural. Por eso, tenemos que conservar nuestros ya pocos paraísos naturales. Desde estas humildes líneas, no al proyecto de la Canal Roya.