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  • Cartas al Director

¿No hay nada ni nadie que pueda parar la guerra?

Destrozos causados por un ataque en Jarkov.
Destrozos causados por un ataque en Jarkov.
Sergey Kozlov / Efe

Desde el salón de mi casa oigo el mundanal ruido. 

Entra de la calle por el balcón y con la tele encendida, que no para su matraca. Imagino que miro, y veo allá enfrente la guerra de Ucrania. La barbarie del siglo XXI. No valen ni consuelan los cantos de sirena ni los edenes políticos que regalan al oído, para distraer, pero no mitigan los males. Y pienso sin equívocos: ¡Qué mierda de mundo! Luego me pregunto: ¿No hay en todo el planeta algo o alguien capaz de acabar ya con esa guerra? Aunque parezca increíble no hay manera. Pero si la hubiere, falta además voluntad para atajar la barbarie. ¿Qué está sucediendo? ¡Lo mismo de siempre! El egoísmo, los sucios intereses, o el cruel negocio de las armas. Parece que no hay forma de parar a Putin. ¿Nadie en el mundo sabe cómo ni puede? ¡Ah, su juego exhibiendo armas atómicas! Y millones de cómplices callados como mudos, neuronas ideológicas de visión radical, pero a la vez ensayando la ceguera. No me lo puedo creer… ¿Dónde están hoy los valientes del no a la guerra? Al menos podrían gritar sí a la paz. ¿Y la diplomacia? Esa cosa tan estupenda como inútil. O eso parece. Porque en todo el mundo nadie ni nada es capaz de mandar parar a Putin. No lo digo por mí, rozando los noventa. Es por mis hijas y por mis nietos y nietas. También por los suyos, amables lectores: ¿Qué mierda de mundo les vamos a dejar? ¿Qué es lo que hemos hecho mal? Y lo de aquí, lo nuestro de siempre, malo y peligroso es el panorama, obra de demonios políticos, ignorantes adrede del porqué estalló la guerra el año 1936. Hoy no hay un general rebelde; pues hay constituida una joven democracia, y violadores dispuestos a ultrajarla. Este país… ¡Escándalo, escándalo! ¿Habrá alguien por ahí, en su sano juicio, que se atreva con tanto montón de basura política? Allá enfrente sigue la guerra en Ucrania.

Luis Buisán Villacampa ZARAGOZA

Gracias y más gracias

Cuando el dolor de cabeza ceda, tengo que inventarme una palabra, porque ‘gracias’ se me ha quedado pequeña. En este gris diciembre, hemos tenido los abrazos más cálidos de todos los que ya sabíamos que nos quieren. En el día a día, fallamos en dedicar el tiempo para escuchar cuánto nos queremos. Disculpadnos, por favor. Cuando el pasado martes 6 de diciembre recibimos la peor llamada de nuestra vida, a partir de ese instante y sin cesar, hemos sido arropados por tantas manos, alimentados con lágrimas compartidas, cubiertos por palabras de consuelo y prestándonos tantos corazones que se nos ha quedado pequeña la palabra ‘gracias’. Celebramos en Iowa una primera despedida junto a nuestra querida familia compartida Pratt-Walters; gracias a la organización STS, y a todo Interway y, sobre todo, gracias a Francisco Ferrán de Irizar, a su generosa disponibilidad y a su ternura en este viaje de ida y vuelta. Celebraron en su memoria, el mismo día de nuestro regreso a casa, una misa en la iglesia del Portillo, gracias a Santiago Sánchez Jorcano y a Mari Carmen García, por su disponibilidad y el cuidado de su luz. La celebración en su colegio, en Marianistas de Zaragoza, con tantos y tantos besos dentro y fuera de la iglesia, porque no cabían, fue el acto de amor más grande al que hemos asistido jamás. Agradecimiento especial para el padre Pedro y para toda la comunidad marianista. Celebramos también una misa en Quinto, para recordar sus veranos, sus campamentos y agradecer que las semillas de su niñez germinaron en la mejor tierra. Gracias a quienes me regalaron la vida y me enseñaron a darla. Gracias, papás. A quienes me prestaron a la persona que elegí para dar vida. A los hermanos y hermanas que compartieron su niñez y a los hermanos y hermanas que se sumaron después. A quienes compraron para siempre una estrella. A la familia que vi al nacer, a la que crece y a la que quiero como si lo fuera. A los amigos de todas las etapas de nuestra vida que rodean con sus abrazos y siempre sé dónde están. A mi Hermandad. A los compañeros de cada madrugada que respiramos las mismas jornadas. A los niños, a las maravillas de quince años que son amigos de nuestros hijos, Yago y Gracia. Como todavía no he sido capaz de inventarme otra palabra… gracias y más gracias.

Regina Martínez y José Ramón Garín Zaragoza

Coherencia

Se dice que la importancia de lo que decimos estriba en su coherencia. Tiene que sonar bien de modo que la mente no se vea sorprendida por lo que escucha. Especialmente, en tiempos tensos, como en la guerra, donde todas las noticias están bajo sospecha. En esta nuestra España no estamos en guerra material pero si dialéctica. Como ejemplo, el creciente lío en Cataluña ha conseguido pacificar la situación. Ya no hay alharacas ni cortes de carreteras ni actos vandálicos. Se despotrica contra los ricos por algunos políticos que no se consideran como tales a pesar de que abundan entre ellos personajes emparejados que duplican en sus hogares suculentos ingresos. Hubo un tiempo en que el sonsonete andaluz era que pagaban justos por pecadores, excelente frase de la que no hemos podido deducir quiénes eran unos y otros. Los jueces ya no tienen autoridad moral para juzgar, puesto que están colonizados por el fascismo. Los aragoneses nos tenemos que creer que nuestro presidente ha recapacitado en la intimidad y renunciado a sus proclamas sin que haya influido eso tan habitual entre los entrenadores deportivos de que «tú no calientes que no sales». Tampoco es de desdeñar la creencia de que Sevilla está despoblándose a una velocidad supersónica espacial y por eso se le adjudica la Agencia correspondiente: Teruel, superpoblado. Todo lo dicho suena a realidad virtual, ¿un metaverso? Desgraciadamente no: realidad pura y dura. Esperemos que las próximas urnas pongan orden en el desaguisado.

Francisco Alós Barduzal

ZARAGOZA

Corrupción en el Parlamento Europeo

ale a la superficie la basura en el Parlamento Europeo. Si consideramos que lo que se ve es la punta del iceberg, que Dios nos pille confesados. Todo en manos de los llamados lobis, que untan para que se apoyen unas normas u otras, y achuchando a los diputados. Tampoco es mucho de extrañar si consideramos que el Parlamento Europeo es un cementerio de elefantes donde envían a los que no saben qué hacer con ellos, en pago de los servicios (o favores) prestados. Y estos se supone que son los que nos tienen que proteger de los desgobernantes que tenemos. No me extraña los codazos que se dan para entrar en política, entre sueldazos (que en el mercado laboral no valdrían ni para el sueldo base) y chanchullos, esto es Jauja. Y nuestra preocupación es la eliminación de España del Mundial, cuando al paso que llevamos nos van a eliminar del mundo mundial. Va a ser verdad aquello que decían de que contra Franco se vivía mejor.

Mariano Martínez Beltrán

GALLUR

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