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El descontento aúpa a Vox y los localismos

Alfonso Fernández Mañueco durante su votación este domingo
Alfonso Fernández Mañueco durante su votación este domingo
Efe

El PP gana las elecciones adelantadas de Castilla y León con claro margen respecto al PSOE, que vuelve a perder después de la derrota de la Comunidad de Madrid, pero se verá obligado a contar con Vox si quiere seguir gobernando la región. El partido de Abascal es el gran triunfador, al pasar de 1 a 13 diputados. El PSOE retrocede, Unidas Podemos y Cs se hunden, y los partidos provinciales irrumpen con fuerza. Estos comicios se habían convertido en una contienda con una clara traslación nacional en la que Pedro Sánchez y Pablo Casado medían sus fuerzas con vistas a las generales que deberían celebrarse en 2023. Ambos salen mal parados del envite porque siguen sufriendo el castigo del voto del descontento que premia a opciones alternativas, sea Vox o los localismos.

La derecha mantendrá el poder en Castilla y León después de 35 años, pero el gobierno del PP queda a merced de la extrema derecha, que anoche mismo reclamaba la vicepresidencia para apoyar al actual presidente, el popular Fernández Mañueco. Con 31 parlamentarios en unas Cortes regionales en las que la mayoría absoluta se sitúa en 41, el PP solo tiene una fórmula para mantenerse en el gobierno, un acuerdo con el partido de Abascal.

Entre los triunfadores de la cita con las urnas, además de Vox, están las formaciones provinciales y las nuevas plataformas de la España vacía, aunque no serán decisivas. La debutante ¡Soria Ya! irrumpe en las Cortes de Valladolid con 3 diputados mientras Unión del Pueblo Leonés, que aboga por la creación de una comunidad autónoma propia, suma 2 más al que ya tenía. Estas nuevas dinámicas electorales deberán ser bien analizadas en las demás autonomías porque en un contexto político cada día más fragmentado, serán fundamentales para construir mayorías de gobierno.

Entre los perdedores destaca el PSOE, que en 2019 había sido la fuerza más votada por primera vez en tres décadas; ahora se queda con 7 escaños menos. Está claro que el CIS de Tezanos no supo ver este desplome de la izquierda, porque Unidas Podemos no solo no logra aprovecharse del descenso de los socialistas, sino que pierde 1 de sus 2 escaños. Ciudadanos sufre el desplome previsible (pasa de 12 a 1), pero se salva de la debacle total que hubiese supuesto quedar fuera de las Cortes.

Pierde, pues, Pedro Sánchez, que vuelve a cosechar otra derrota, después de la debacle de la Comunidad de Madrid. Pero también fracasa Pablo Casado, pues los populares han conseguido una ajustada victoria que queda muy lejos del resultado aplastante al que aspiraban, emulando el triunfo de Isabel Díaz Ayuso el pasado mes de mayo. Los dos grandes partidos nacionales deben hacer una profunda reflexión sobre por qué los ciudadanos les siguen castigando en las urnas.

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