Redes vecinales
Los compas del profe Perplejo proponen desayunos en el instituto. Sí. Es una necesidad. Y un ropero, con zapatillas, con camisetas y pantalones. Y actividades extraescolares que tendremos que facilitar de manera gratuita, libros, material escolar… Porque en septiembre mucha gente solo hará una comida al día y la pobreza severa rondará el 30% en algunos barrios. ¿Le suena raro? La Sra. M. ya no trabaja de doméstica y sobrevive con sus dos hijas en una habitación. Usted ya piensa en su terracita, y hace bien, pero el Sr. A., padre separado con tres hijos, ya no trabajará allí de camarero.
La Red de Cuidado Delicias ha ayudado al insti a repartir decenas de ordenadores y tarjetas de datos en estos dos meses. Han subido a ese cuarto sin ascensor donde el interruptor da garrampa y hiede a humedad. Han ido a sótanos con un miserable ventanuco al exterior. Han apoyado a familias donde el único ingreso es la pensión de esa abuela que renunció a comprar su medicación para poder dar de comer a su hija y sus nietos. Esto es Zaragoza, la ciudad recortada y vulnerable que está peleando contra la pobreza con el inmenso trabajo de sus precarizados servicios sociales, Cáritas, Cruz Roja y las Redes de Apoyo Vecinales de los barrios de la Almozara, Actur-Parque Goya, Delicias, el Gancho, la Jota, las Fuentes, la Magdalena, Oliver, San José y Torrero.
Hablemos de renta básica. En la moralina bastarda de usurero, esto será caridad, pero en ética se llama justicia y en economía, inteligencia.