Opinión
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El tiempo que viene

China levanta el confinamiento de Wuhan
China levanta el confinamiento de Wuhan
ROMAN PILIPEY

Estos días, estamos tan necesitados de esperanza que sienta bien escuchar que, tras esta crisis, vamos a salir mejores. Que estamos tomando tal consciencia de que la salud de cada uno es la de toda la humanidad, que seremos más respetuosos, menos egoístas, más responsables. Ojalá ocurra así. De momento, si vamos a ser más pobres, los comportamientos se ordenarán solos y quizá no siempre como desearíamos. Si ya la crisis económica de 2008 nos dio una bofetada de realidad, ahora estaríamos pasando la página más dura a nuestro ‘mundo de ayer’, como le ocurrió a la generación previa a la Primera Guerra Mundial y que tan bien retrató Stefan Zweig. Adiós a lo que quedaba del mundo del más y de las certidumbres.

Esas generaciones de la primera parte del siglo XX aún vivirían la Segunda Guerra Mundial. En el pacto de salida, Europa sentó las bases del Estado de bienestar (pensiones, seguro de paro, educación, sanidad), que sembró nuestra prosperidad. La pregunta de hoy es qué seguirá a esta guerra que nos tiene confinados en casa, sin poder ni acompañar a los que se van. ¿Iremos a un capitalismo al servicio de toda la sociedad? ¿Seremos capaces de contar con una gobernanza mundial eficaz para abordar problemas que, como este, no entiende de fronteras?

En lo inmediato, un epidemiólogo de la Universidad de Florencia, Sergio Romagnani, que clama por aislar a los asintomáticos (lo ha hecho el Véneto para contener la pandemia, frente al horror sufrido en la Lombardía), dice que las mascarillas van a formar parte de nuestra indumentaria y estaremos un tiempo largo sin concentraciones, sean deportivas o culturales, y «la vida será más complicada y menos bella».

Desde España, el sociólogo Narciso Michavila nos reconforta diciendo que, ante un problema de seguridad vivido en carne propia, la sociedad está actuando con gran responsabilidad y fortaleza psicológica, y anteponiendo el bien común al interés personal. Lo hemos visto con los sanitarios y todos los que están en primera línea de atención y servicio, y con tanta empresas y gente genial que buscan soluciones en sus habilidades, conocimientos y procesos productivos. Una guerra que, dice Michavila, ganará la humanidad precisamente por esa capacidad de empatizar y cooperar. Valores imprescindibles en el mundo que viene, como la vuelta a la familia o la sostenibilidad. Eso sí, con más tecnología en nuestra vida cotidiana.

El anticipo digital lo hemos visto en el control de la pandemia en Asia, donde se anteponen la salud y la seguridad a la protección de datos o cualquier otro derecho. ¿Ocurrirá aquí en un futuro próximo?

Desde Israel, el autor de la exitosa trilogía ‘Sapiens’, Yuval Noah Harari, uno de los pensadores más influyentes del planeta, nos advierte de que estamos en el momento de elegir entre vigilancia totalitaria o poder ciudadano y entre aislamiento nacionalista y solidaridad mundial. Obviamente, Harari defiende una cooperación internacional en todos los órdenes y una sociedad informada y responsable que sabe tomar las decisiones adecuadas.

Pero también nos cuenta que, en cuestión de horas, hemos vivido cambios que, en otras circunstancias habrían tardado años: trabajamos en casa, las clases se dan por internet y muchas tareas siguen con robots. Como quiera que estos no se contagian, ¿qué pasará en el futuro?

Y sobre la vigilancia que viene, el pensador hebreo explica que corremos el riesgo de pasar de la «epidérmica» a la «hipodérmica», y que ese control biométrico detecte que estamos enfermos antes que nosotros y sensorice además nuestras reacciones emocionales. El ‘gran hermano’, a la vuelta de la esquina. En Occidente valoramos mucho derechos y libertades. Pero, cuando está en juego la vida, ¿cederíamos alguno?

En España, de momento, deberíamos practicar más el ‘otrismo’: ponerse en el lugar del otro, y cesar en la virulencia que plasman las redes. Prueben a cambiar los sujetos de los discursos. A todos, un poco de discreción, qué estamos a la vida.

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