El Festival Asalto en Épila convierte en sala de arte el palacio del conde de Aranda
Cuatro creadores o colectivos participan en la tercera edición de esta cita estival, que ha conseguido involucrar a los vecinos de la localidad
El palacio del conde de Aranda en Épila se ha trasmutado en los últimos días en una especie de sala de arte. El Festival Asalto en Épila ha sentado allí sus reales y a lo largo de los últimos días se han creado obras en directo, se han realizado instalaciones, organizado visitas guiadas y talleres de bordado o catas de vino. Todo ello ha sido posible gracias al festival.
Asalto cumplirá el año que viene una década de singladura cultural, convertido en una marca consolidada y en una filosofía de intervención artística. Nacido en Zaragoza y sus barrios, a día de hoy ha extendido ya a Alfamén, Épila, Farlete, Fuendetodos, Aladrén, la comarca del Sobrarbe... "Asalto busca usar el arte como vehículo de transformación social, y por eso dio el salto del centro de la ciudad a los barrios –señala Alfredo Martínez, uno de los cuaro fundadores y organizadores del festival–. Y luego lo natural era que diera el salto a otras localidades. Primero fue Alfamén, luego llegaron otras, como Épila».
El primer año, con el tema del pasado industrial de la localidad o su relación con el campo, se realizaron cinco murales. En el segundo Festival Asalto en Épila, inspirado por el carnaval, se crearon tres. Para este año... "Nos enseñaron el palacio del conde de Aranda y se produjo un cambio de mirada –añade Martínez–. Hemos querido ir un paso más allá, conseguir que los vecinos no sean meros consumidores del arte sino que se conviertan en protagonistas, y por eso este año hemos diseñado actividades en las que han podido participar".
El chileno Allan Halley es el que se ha ocupado de la faceta ‘tradicional’ del festival y ha realizado un mural en una de las fachadas de la Cooperativa de San Pedro Arbués de la localidad. Es un homenaje a todos los que trabajaron en el campo (cereal, aceituna, vid) de Épila.
Ya en el palacio del conde de Aranda, a la entrada, el zaragozano Steve Gibson ha colocado la escultura de un humanoide con cara de conejo, rodeado de una selva de pájaros, más de un centenar, elaborados por los propios vecinos.
El madrileño Sawu Estudio (Pablo García y Aylin Vera) presenta una escultura participativa realizada con 135 listones de madera, cada uno de ellos pintado traduciendo a colores los resultados de una encuesta realizada en la localidad.
Y, por último, los gallegos Cristina Barrientos y Denis Galocha, Twee Muizen (dos ratones, en holandés) han creado un personaje textil a partir de una expresiva máscara, y han paseado al personaje por Épila. "También han creado una instalación textil sobre la fachada del claustro interior del palacio", revela Alfredo Martínez.
"El proyecto le ha conseguido dar una nueva capa de contenido al palacio. Es un edificio al cual el ayuntamiento le da bastante valor porque es testimonio del patrimonio histórico de la localidad. Todo lo que se ha creado en estos días permanecerá aquí para que los que vengan a recorrer el palacio en visita guiada puedan disfrutarlo también", concluye Martínez.
El palacio del conde de Aranda en la localidad de Épila, originalmente en estilo mudéjar, forma, junto al convento de la Concepción adyacente, uno de los conjuntos más notables de arquitectura del siglo XV en Aragón. Puede visitarse tras cita previa. Fue cedido a Épila por los duques de Alba.
La programación oficial se cierra hoy. A las 11.30 habrá una visita a los murales realizados; a las 18.30, visita comentada por las intervenciones en el interior del palacio; y a las 19.30, un concierto de la banda Jazz Hunters.
