Mariano Lavida: "El dolor físico te hace aprender muchas cosas"

El cartomago aragonés ha anunciado su retirada de los escenarios por un problema de salud, pero realizará aún una última gira

Mariano Lavida ha anunciado que se retira de los escenarios.
Mariano Lavida ha anunciado que se retira de los escenarios.
José Miguel Marco  

Nacido en Zaragoza en 1992, Mariano Lavida ha anunciado que se despide de la magia por problemas de salud. Antes va a dar una gira de despedida, entre julio y noviembre, con actuaciones en una treintena de localidades aragonesas.

Menudo golpe publicitario ha dado anunciando su adiós a los escenarios. Su gira de despedida va a estar a reventar. Pero luego volverá, como los toreros.

No, no. Me retiro de verdad. Tengo un problema en el brazo que arrastro desde hace seis años. Notaba que a veces se me dormía la mano izquierda, y cada vez fue a más. Luego me empezó a doler el codo.... Me operaron en enero y la cosa no ha ido bien. En cada espectáculo, lo que antes era fácil, ahora resulta una pequeña hazaña.

Bueno, ahí está René Lavand. Fue uno de los mejores magos de cartas del siglo XX y le faltaba un brazo.

Sí, y ahora que pienso, su problema era también con el brazo izquierdo, pero él lo perdió a los 9 años. Aprendió la magia después. Contra lo que se pueda pensar, la mano izquierda es muy importante en mi trabajo, lleva el 90% del peso de la cartomagia. Me tengo que volver a operar.

No se ponga en lo peor. Quizá...

Hay una parte de mi cerebro a la que le da miedo la operación. Quiero creer que hay una posibilidad de que la mano se me quede bien después de volver a pasar por el quirófano, pero de momento he adaptado mi espectáculo para esta última gira, de tal manera que casi hay más mentalismo que técnica manual. Pero sí, ojalá que la próxima operación sea un milagro.

¿Existen los milagros?

Sí. Más de los que yo creía. Pero también es cierto que el dolor físico te hace aprender cosas que, sin él, no aprenderías.

Oiga, y usted, ¿por qué se hizo mago?

Porque es el lenguaje artístico más profundo que existe. La cartomagia ha sido mi espada y mi escudo. Gracias a ella he podido jugar el juego de las relaciones sociales. Me ha servido para contarle a la gente cómo veo el mundo.

¿Y cartomago? ¿Por qué hacer magia con una baraja? ¿No limita mucho? ¿No le gustaría hacer números con elefantes, o con aviones, como David Copperfield?

La cartomagia es la más compleja de las magias, es su poesía. Mire, un truco lo puede hacer cualquiera. Engañar a alguien, incluso a muchas personas juntas, es en realidad muy fácil. Lo verdaderamente difícil es ilusionar al espectador, hacerle querer ser engañado hasta el punto de que incluso prefiera ignorar dónde está el truco para que no se le rompa la ilusión. Eso requiere años de entrenamiento.

Un artista me dijo en una ocasión que ligaba más con la magia que con el humor.

Cierto. Es curioso, porque hay distintos públicos, formas variadas de sentir la magia. Las mujeres la viven mejor porque pone sus sentimientos a flor de piel. A mí me gusta el público adulto más que el infantil porque los niños no la necesitan para nada: su vida entera es una sucesión de números de magia. Una nube pasando por el cielo es para ellos algo prodigioso. El adulto que cree que lo conoce todo me gusta mucho más como público. Además le viene bien la magia porque un buen número siempre le genera dudas. Y hacer dudar a un adulto es algo maravilloso. Así comenzó la filosofía.

Usted saltó a la fama en televisión, como presentador del programa ‘Wooala’, que se emitía en Boing. Pero también desapareció un tiempo de la circulación.

Entre mis 20 y mis 26 años todo fue muy intenso. La televisión me dio fama y dinero, y yo quería exprimir la vida, experimentarlo todo. Vivía en una especie de parque de atracciones perpetuo pero llegó un momento en que quise saber si había algo más aparte de eso. Y me fui a vivir durante más de un año a Sinués, un pueblo del valle de Aísa, en Huesca. Hoy está despoblado pero cuando me instalé aún vivía allí un pastor. Él me enseñó a mirar la naturaleza, las nubes...

Y la magia, ¿qué le ha enseñado?

Que la clave del ser humano está en el conocimiento, que no seríamos nada sin él. Que no hay ningún sentimiento más profundo que el asombro. Y eso que yo no llegué a la magia para impresionar a los demás sino para explicarme todo lo que me rodea. Un mago es un psicológo que se empapa de la vida... desde la vida misma.

Sus amigos, ¿juegan a las cartas con usted o le evitan?

Antes siempre llevaba encima una baraja pero hace tiempo que no, y la verdad es que no juego a las cartas.

¿Podría amañar una partida de póker sin que nadie lo notara?

Seguramente. En 1902 se publicó ‘El experto en la mesa de juego’, un libro en el que se revelaban las técnicas que empleaban los tahúres. Muchos ilusionistas aprendieron en él y, con la expansión de la magia en el siglo XX, los trucos y posibilidades son ya infinitos.

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