Nace un nuevo ‘Soho’ en Zaragoza

Artesanos y creativos se han instalado en las calles de Calatayud, Marcial o Dato, generando un nuevo espacio alternativo de cultura y comercio

Local de la calle Calatayud que comparten Mala-Raza y Masmona.
Local de la calle Calatayud que comparten Mala-Raza y Masmona.
Francisco Jiménez

De una manera casi inadvertida, en un espacio reducido del centro de Zaragoza se está creando una especie de Soho en el que se han ido asentando creadores de las más variadas disciplinas. Es un espacio delimitado por la acera de los números pares de la Gran Vía y las calles de Marcial, Calatayud y Dato. En la zona conviven establecimientos como la academia de repostería Bake in Colors y el estudio de interiorismo Estación del Diseño de Diego Usón; camiserías a medida como Melton con Pink Blue, establecimiento especializado en el diseño de ropa de ceremonia; o la academia de patronaje y confección de Carmen Madueño con Entre Algodones, donde se ofertan cursos de pachtwork, punto y ganchillo.

En las últimas semanas se han ido instalando allí establecimientos o creativos provenientes de otras zonas ‘chic’ de la ciudad. Es el caso de Picaraza Shop. "A la zona de Las Armas, donde estaba antes, le costaba ir a la gente, no acababa de ser rentable –asegura Zésar Cartiel, su responsable–. Encontre un local que me cuadraba y me vine, pero el nombre y la filosofía del local son los mismos".

Picaraza Shop (Goya, 58 entrada por la calle de Calatayud) es una tienda de libros, discos de vinilo y merchandising cuya oferta se rige exclusivamente por los gustos de Zésar Cartiel. "En libros tengo más de 1.000 títulos, que ya es una cifra importante, pero sí, selecciono mucho. Tengo lo que a mi me gustaría encontrar en una tienda". Desde abril hasta hoy ha organizado ya varias presentaciones, firmas de ejemplares y pinchadas de música. Pero es solo el comienzo, a partir de septiembre quiere redoblar su actividad.

Aún más, Cartiel, junto a otros recién llegados a la zona, ha organizado para este sábado un mercado creativo que, al estilo del de Las Armas o del Magdalena Street Market, sea un escaparate de la creatividad de la zona. El de este sábado va a ser una prueba, pero a partir de septiembre se quiere organizar una cita mensual.

Se ubicará en el local de la calle de Calatayud, 3, estará abierto de 10.00 a 14.00 y, organizado por Picaraza, Masmona y Mala-Raza, participarán además La Nectarina (taller cerámico de Violeta Bourrut), Lucía Rodríguez Atelier (moda), Cayo, Arte y Artesanía y MariOla (arte y textiles).

"Nuestro objetivo es crear aquí otra zona de comercio alternativo y artístico al margen de las que ya existen entre la plaza de España y el Ebro –señala Ignacio Cubel, de Mala-Raza-. Hay que mover esta zona de la ciudad y darle una vuelta". El caso de Mala-Raza (calle de Calatayud, 3) es muy especial, porque Ignacio Cubel lo comparte con Mona de Luis, Masmona, la marca aragonesa de bolsos artesanales que desapareció en 2020 y que renace ahora en una nueva ubicación. El local es aparentemente pequeño, cada artesano tiene solo una pared para exponer sus creaciones, pero la trastienda es grande y en ella los dos disponen de espacio propio para trabajar. "En realidad no somos una tienda, somos un taller, se nos puede ver trabajando", subraya Ignacio Cubel. Él hace cinturones, muñequeras y material fetichista. ¿Qué tiene que ver su trabajo con los bolsos de Masmona? Que los materiales, tanto la piel como los herrajes, son de primera calidad, y el trabajo artesanal, el acabado con esmero y paciencia. "Lo mío es marroquinería de toda la vida, pero trabajada con una visión moderna, urbana. Nos está haciendo bastante daño el producto oriental, de baja calidad, pero todavía quedan personas que saben apreciar el trabajo artesanal bien hecho", concluye.

También en la calle de Calatayud ha anidado el pintor Sergio Abraín, que antes tenía su estudio en La Fábrica de Chocolate. "Cuando salí de allí cogí un local muy grande para almacenar mi obra, y luego alquilé este, que era el antiguo bar Bartolo, que lo utilizo para trabajar. La zona es muy agradable y lo tienes todo a mano. Ya he hecho un par de inauguraciones, pero la idea, a partir de septiembre, es organizar eventos y exposiciones, convocar al público para que me vea trabajar e incluso crear un pequeño laboratorio de investigación en arte. Se llamará Mavigan Art Project".

Otra que no ha tenido tiempo aún de cambiar el letrero de la puerta es Marisa Llera. Ubicada en el local de otra enmarcadora (Eduardo Dato, 19) es restauradora y diseñadora de interiores (hotel Las Mugas, por ejemplo). Ha trabajado para grandes marcas, ha tenido estudios en Mallorca y Menorca, y hasta galería de arte. Y ha decidido dar un giro a su vida y dedicarse a la enmarcación. Cada trabajo suyo es único, cada proyecto se estudia minuciosamente. "Mi vida necesitaba tranquilidad y me dije, ¿por qué no vuelves a hacer lo que hacías cuando dabas clases de restauración? Y es lo que he hecho: recuperar el amor por el trabajo artesano".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión