El restaurante del centro de Zaragoza donde ha comido Enrique Bunbury esta semana
El zaragozano está en plena preparación de su concierto en La Romareda revisitando lugares de la ciudad que tienen un significado especial para él, incluyendo sus templos culinarios
El concierto de Enrique Bunbury en La Romareda copa la atención de miles de zaragozanos esta semana. Para quienes llegan de fuera y pueden permitirse un par de noches en Zaragoza, los planes pasan por conocer algo más de la ciudad que vio nacer a su ídolo musical. Eso incluye la vuelta turística y, por qué no, un recorrido por lugares emblemáticos para Bunbury o Héroes del Silencio en conjunto.
Obviamente, también hay paradas técnicas para deleitarse con uno de los placeres que conlleva cada viaje: comer bien. Para cumplir ese deseo hay un sinnúmero de opciones en la ciudad, y el propio Bunbury tiene marcados varios establecimientos en su agenda.
Conocida entre los fans es la afición de Bunbury a comer en Los Cabezudos, un restaurante que visita desde hace años con su familia, pero así como ocurre con su música, el zaragozano apuesta por la variación en el gusto. Lleva desde primera hora del domingo 30 de junio en su ciudad natal (viajó de madrugada nada más acabar el concierto de Madrid para desayunar en casa) y se ha dejado ver en numerosos lugares con diferentes miembros de su familia; a pesar de la lógica expectación que despierta, la gente es respetuosa: el martes circuló por redes una fotografía en la calle Alfonso con su hija y su sobrina en la que aparecían de espaldas, foto que desapareció poco después.
Restaurante Riskomar: buena mesa en el centro de Zaragoza
Este martes 2 de julio, por ejemplo, Bunbury comió en Riskomar. El restaurante, un clásico zaragozano especializado en cocina vasca situado en el número 16 de la calle Francisco Vitoria. Sus menús degustación de mediodía y noche, con una excelente relación calidad-precio, son un favorito de la zona Centro. Además, ofrece menús personalizados para grupos de más de 10 personas, y cuenta con salones privados. Bunbury, por cierto, comió en el salón principal.
Se distingue por el cocinado a fuego abierto, en la línea marcada por el chef Víctor Arguinzoniz en el Asador Etxebarri y con el excelente tratamiento de pescados de temporada y mariscos como sello. Mención especial para las ostras, la cigala frita con ajos y las cocochas al pil pil.
