LITERATURA. OCIO Y CULTURA

Muere Ismaíl Kadaré, el gran narrador de la literatura albanesa que abanderó la libertad

Tenía 88 años, había sido candidato en varias ocasiones al Nobel de Literatura y obtuvo el Premio Príncipe de Asturias en 2009

Ismail Kadaré posee una impresionante trayectoria en la narrativa, en la poesía y en el ensayo.
Ismaíl Kadaré posee una impresionante trayectoria en la narrativa, en la poesía y en el ensayo.
Thomas Schulze.

“El mundo real posee sus propias armas contra el arte en ese enfrentamiento: la censura, las doctrinas, las cárceles. Así como también el arte dispone de sus medios, sus fortalezas, sus herramientas, en fin sus armas, la mayor parte secretas. El mundo real resulta ser a veces implacable, despiadado”, escribió y leyó en Oviedo el gran escritor albanés Ismail Kadaré, que ha fallecido a los 88 años en su Tirana natal, tal y como ha confirmado su editorial francesa Fayard, que le califica como "uno de los más grandes escritores de este tiempo".

Ismaíl Kadaré nació en Gjirokastra (Albania) en 1936. Siendo un niño, vivió la Segunda Guerra Mundial, la ocupación de su país por la Italia fascista, la Alemania nazi y la Unión Soviética, hasta la instauración de la dictadura comunista de Enver Hoxha en Albania en 1944.

A los 17 años ganó un premio de poesía en Tirana que le valió la autorización para partir a Moscú a estudiar en el Instituto Gorki, del que fue expulsado en 1961, tras la ruptura de relaciones entre el país balcánico y la URSS.

En el instituto moscovita escribió 'El general del ejército muerto' (1963), que alcanzó un enorme éxito en Francia. Gracias a esta novela, obtuvo una especie de inmunidad en su país, como representante del orgullo nacional, a pesar de no plegarse a los dogmas comunistas. Se incorporó, forzado por el régimen, al Parlamento albanés entre 1970 y 1982. En 1990, unos meses antes de la caída de la dictadura, se exilió en París, ciudad en la que residía desde entonces, aunque visitaba frecuentemente Albania. De hecho ha muerto en Tirana.

Gran estudioso de la tradición albanesa y de la idiosincrasia de este pueblo balcánico, sus títulos se sitúan en distintos episodios de su historia, como el de la ruptura entre Albania y la URSS, en 'El largo invierno' (1977); las rivalidades entre católicos y ortodoxos, en '¿Quién ha vuelto a traer a Doruntine?' (1980); y la ruptura entre Tirana y Pekín, en 'El concierto' (1988). El tema central de su obra, plasmado en todos sus libros, es el totalitarismo, sus mecanismos de funcionamiento y las complicidades que lo hacen posible. Esta obsesión literaria culmina en 'El palacio de los sueños' (1988), publicada en 1981 en Albania, cuando todavía regía la dictadura comunista.

En ella, el escritor albanés construye una inmensa parábola de la perversión despótica, en la que en un país imaginario, una inmensa maquinaria al servicio del poder absoluto, la Oficina del dormir y el soñar, controla la vida onírica de los ciudadanos.

A pesar del hundimiento del comunismo, Ismail Kadaré continuó sondeando el alma de las sociedades totalitarias, como en 'Tres cantos fúnebres por Kosovo' (1999) y 'Frente al espejo de una mujer '(2002). Otras de sus publicaciones son 'Vida', representación y muerte de Lul Mazreku (2005) y La hija de Agamenón. 'El sucesor' (2007).

Miembro de la Academia de las Ciencias Morales y Políticas de París, una de las cinco que integran el Instituto de Francia, de la Academia de las Artes de Berlín y Oficial de la Legión de Honor francesa, en 2005 recibió el Premio Booker Internacional. Fue, además, doctor honoris causa por la South East European University (República de Macedonia).

En 2009 recibió el premio Príncipe de Asturias, y en un emotivo discurso rindió homenaje a su país, a España y al ‘Quijote’. Dijo: “Albania, mi país, y el vuestro, España, excepto una breve amistad en el siglo XV, no tuvieron nunca la menor relación. Aunque la ruptura completa se produjo el siglo pasado, cuando mi país comunista, distinguido en cuestión de ruptura de relaciones (esa fue, por así decirlo, su especialidad), cortó todo vínculo con España. Pero, como todo en este mundo, también el milagro de la literatura posee una tradición. En el tiempo glacial del que hablaba más arriba, cuando entre mi país y España no iba ni venía nadie, un caballero solitario, despreciando las leyes del mundo, cruzaba cuantas veces se le antojaba la frontera infranqueable. Ya imaginaréis a quien me refiero: a Don Quijote.

Fue el único al que no consiguió detener aquel régimen comunista, para el que la cosa más fácil del mundo era precisamente detener, prohibir. Don Quijote, ya como libro ya como personaje vivo, era tan popular en Albania como si lo hubiera engendrado ella misma". 

Agregó en su reflexión en el Teatro Campoamor: "Alguno podría encontrar la siguiente explicación para esta paradoja: Don Quijote estaba loco, y no menos loco estaba el Estado albanés, de modo que resulta lógico que los dos locos se entendieran. Al tiempo que pido excusas por comparar la noble enajenación de Don Quijote con la perversa insania de mi Estado, permitidme que os diga que no fue así y que el paralelismo está relacionado con otro fenómeno. He hecho esta larga introducción para llegar al tema principal de mi breve discurso: la independencia de la literatura. Don Quijote traspasaba la frontera albanesa porque era, entre otras cosas, independiente. Cuando un escritor albanés, por una obra escrita principalmente en un territorio y un tiempo comunistas, viene a recoger un premio de un reino occidental, eso sucede porque la literatura es, por su propia naturaleza, independiente”.

El tema central de su obra, plasmado en todos sus libros, es el totalitarismo, sus mecanismos de funcionamiento y las complicidades que lo hacen posible. Esta obsesión literaria culmina en 'El palacio de los sueños' (1988), publicada en 1981 en Albania, cuando todavía regía la dictadura comunista.

En España, Ismaíl Kadaré fue publicado en varios sellos: Alianza abrió una Biblioteca Kadaré y publicó varios libros en distintas colecciones; Mario Muchnik fue uno de sus grandes editores; Pre-Textos publicó antología de su poesía; Siruela también dio cabida a sus libros y Cátedra, entre otras, ofreció uno de sus libros de mayor calado universal: ‘El Palacio de los Sueños’; Galaxia Gutenberg ofreció ‘Noviembre de una capital’, entre otros títulos. La lista es más amplia: era un autor que había calado en España por su versatilidad, su compromiso, su calidad literaria, su honestidad y su lucha constante a favor de la libertad. Solía decir que la literatura había sido la razón de su existencia, el sentido de su vida: "Me lo dio todo. Me dio el coraje de resistir, la felicidad, la esperanza de superar todo".

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