‘Casa en llamas’: Reunión familiar entre risas y lágrimas

Pocas semanas después de estrenarse ‘La casa’, de Álex Montoya y basada en el cómic de Paco Roca, llega ‘Casa en llamas’, distinta a la anterior aunque ambas parten de una propuesta narrativa similar y las dos han sido producidas en Cataluña, desde donde están llegando filmes muy interesantes.

‘Casa en llamas’ tiene como escenario una casa familiar y su punto de partida inicial no sorprende, aunque nos atrapa desde sus primeros instantes. La casa es el lugar -una preciosidad en la Costa Brava- en el que una familia pasó sus veranos durante años. Ha llegado el momento de venderla y eso significa que la madre, el ex marido y los hijos acabarán reuniéndose en ella durante un fin de semana. Habrá quien piense que eso ya se ha contado muchas veces. Sí, pero cuando unos cineastas, como hizo el tándem Álex Montoya y Paco Roca en ‘La casa’, o como hacen ahora Dani de la Orden y el guionista Eduard Sola, son capaces de darle nueva forma a un relato que más o menos se parece a otro y, sobre todo, cuando se tiene la virtud de construir diálogos tan memorables como los que se producen en ‘Casa en llamas’, entonces su película se convierte en pura delicia.

Dani de la Orden no solo ha sabido escoger bien al guionista que necesitaba para dar forma a su historia, Eduard Sola, también ha sido lo suficientemente listo como para rodearse de un grupo estupendo de actores, ninguno de los cuales desentona, cada uno en su sitio y su papel, construyendo entre todos ese drama familiar tras el que hay tantos reproches y mucho cariño, en el que cada uno aguanta su propia existencia como puede y en el que hay, para mi, una figura esencial, la gran protagonista. Encarnada de de manera soberbia por la actriz Emma Vilarasau, esa figura es la de la madre, que nos proporciona momentos brillantes y que se convierte en representante de muchas mujeres que, como ella, se quedan solas tras una vida de entrega. Estupenda.