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Fernando Beltrán: "En esta novela de arte de Francis Bacon me dejé más de media vida"

El poeta y nombrador de marcas publica un libro muy personal y trabajado sobre el gran pintor inglés en Árdora

Fernando Beltrán con su libro de Árdora entre las manos.
Fernando Beltrán con su libro de Árdora entre las manos.
Archivo Fernando Beltrán.

¿Por qué Francis Bacon? ¿Qué le atraía del pintor británico, tan vinculado con Madrid?

Porque me incomodaba, me agitaba su pintura, sus cuadros vistos en museos y los que encontraba en fotos y publicaciones. Y mis textos comienzan siempre por una intemperie o un desasosiego interior y unas ganas inmensas a la vez de abrigarlos o entenderlos de alguna forma.

Quiere decir que hubo un rechazo inicial, entonces...

Por supuesto. Quien no sufra una convulsión la primera vez que ve un cuadro de Bacon, sin saber siquiera quién es su autor, es difícil que siga más allá en sus ganas de entender, de querer saber quién y qué está detrás de una propuesta artística tan perturbadora.

¿Qué cuenta la novela o ensayo narrativo ‘Bacon sin Bacon’?

El aura, el genio, la personalidad de Francis Bacon, que muere en Madrid en 1992, a los 82 años, en un viaje que sus médicos desaconsejaron. Una ficción a partir de su vida, su obra y esos últimos nueve días madrileños en los que intenta entregarse de nuevo a su forma de vivir al límite, bares, cuerpos, copas, y, ante todo, a su oficio de artista, acometiendo ya sin fuerzas, pero con lucidez y pasión intactas, su último cuadro…

Defínanos su obra.

«No entiendo de pintura, sólo pinto», decía Bacon. Imagínese yo. No soy ni crítico ni experto en arte, aunque conozca toda su obra, pero la conozco desde la sensibilidad, desde el latido emocional, desde mi vocación poética y mi oficio de escritor. Atrapado por el imán de una obra y un artista únicos. Y cuando eres escritor y a tu pasión por un tema, se suma la obsesión, el resultado es un nuevo libro. Una novela en la que me dejé media vida.

No ha respondido, creo.

Tiene razón, pero es que ‘Bacon sin Bacon’ es la respuesta. Para mí es el artista que de una forma más radical llevó a sus lienzos lo que André Malraux llamaba «el destino fatal de la condición humana». El deterioro, el accidente, la intemperie, la «brutalidad de los hechos», como a él le gustaba decir, en fin, la parte más carnal y al tiempo más encarnizada del vivir, también la más humana...

¿Alude a la carne viva?

Esa es la clave, pero no sólo para definir a Francis Bacon, sino porque eso somos todos. Él mismo lo decía, o lo escribe así en la novela su ‘alter ego’ FB: «Mis cuadros son de carne porque somos de carne. Y nos atragantamos de carne. Y gozamos de carne. Y nos duelen las carnes. Y hasta nuestro corazón es carne. No hay más».

"No soy ni crítico ni experto en arte, aunque conozca toda su obra, pero la conozco desde la sensibilidad, desde el latido emocional, desde mi vocación poética y mi oficio de escritor. Atrapado por el imán de una obra y un artista únicos"

Usted también es FB...

Alguien dijo que mi novela es un monólogo a dos voces. Quizás... En lo escrito siempre está uno mismo, y también estamos todos, porque todos tenemos miedos, dudas y fríos muy parecidos, y afortunadamente, ilusiones, deseos, cajoncitos del alma parecidos. Pero nunca diré qué hay de Francis Bacon y qué de Fernando Beltrán en cada párrafo... Quizás nada, porque todo pertenezca ya a FB, el protagonista. Pero son los lectores los que deben decirlo.

Creo que ya lleva tres ediciones en el coqueto sello Árdora...

Son ediciones pequeñas, de una editorial maravillosa, pero humilde, de esas que podríamos llamar de viña heroica, como ahora llaman a los vinos que nace en terrenos muy en pendiente –la obra de Bacon lo es, por cierto–, pero aun así, nos ha sorprendido a todos, a mí el primero, no esperaba esta acogida ni las palabras de algunos lectores...

Fernando Beltrán ha hecho un libro que está suscitando muchas lecturas y muchos aplausos.
Fernando Beltrán ha hecho un libro que está suscitando muchas lecturas y muchos aplausos.
Archivo Fernando Beltrán.

¿A cuáles se refiere?

«Este libro me ha reconciliado con mis sombras». Me lo dijo una mujer dándome las gracias por escribir el libro. Yo iba a agradecer sus palabras de una manera convencional, y me volvió a repetir lo mismo, diciéndome que lo decía muy en serio. Nunca me han dicho algo más hermoso...

"Goya fue su referente desde muy joven. Luego llegaría Picasso, y al final acabó dedicando su vida a seguir los pasos a Velázquez. Obsesionándose incluso con su Inocencio X, del que hizo cientos de versiones..."

¿Es un libro útil, por tanto?

Lo está siendo, sí, aunque esa no fuera la intención, pero si lo piensas es normal, porque escribirlo a mí también me reconcilió con mis sombras, mis fantasmas, mis días con legañas, como decía mi madre..., y le decía su madre a Bacon. Quizás también porque la obra de Bacon, aunque sea tan agresiva, acaba conquistándote también por la belleza del color... Y por sus metáforas...

¿Se refiere al arte?

Quiero decir que es una obra que uno comprende con el paso del tiempo, cuando la vida empieza a mostrarte la otra cara de su moneda, la edad, el deterioro, las pérdidas, las muertes cercanas, el desengaño, los accidentes de la vida... Bacon lo sirve en crudo para recordarte precisamente que existe el gozo, la celebración, el carpe diem, el no perder el tiempo. Y lo hace además siendo un maestro del naranja cadmio, el color que más amo en su obra...

¿A qué artistas españoles amó?

Goya fue su referente desde muy joven. Luego llegaría Picasso, y al final acabó dedicando su vida a seguir los pasos a Velázquez. Obsesionándose incluso con su Inocencio X, del que hizo cientos de versiones... Y Lorca, no lo olvidemos, porque Bacon siempre se apoyó –«para vivir y pintar mejor», decía– en la atmósfera y en las imágenes de la poesía.

¿Cómo recomendaría enfrentarse a un cuadro de Bacon?

En soledad, desnudos, como ante un espejo, y sin prejuicio alguno.

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