Puntadas de seda para recuperar el esplendor de la Sábana Santa de Campillo

Dos restauradoras de la Fundación Santa María han acometido los trabajos sobre el sudario, que volverá a su retablo cuando se eliminen las termitas.

Ana Isabel García y Lourdes Gracia, trabajando en la pieza texti
Ana Isabel García y Lourdes Gracia, trabajando en la pieza texti
J. Z.

Hace poco más de un año, los vecinos de Campillo de Aragón, municipio de la Comunidad de Calatayud, tenían el corazón en un puño: su mayor reliquia, la Sábana Santa y el retablo donde se enmarcaba, se habían visto afectados por un ataque de termitas. Ante esta situación, el Ayuntamiento de la localidad promovió una intervención para actuar en la que está considerada como una de las réplicas de la Síndone de Turín más destacadas a nivel mundial. El encargo para actuar en la pieza textil lo han ejecutado Ana Isabel García y Lourdes Gracia, restauradoras de la Fundación Santa María de Albarracín.

La labor se ha desarrollado a tres bandas: sobre la tela, durante los primeros días de este mes de junio; sobre el retablo, para acondicionar un soporte que la proteja, y contra las termitas. En cuanto a la primera vertiente, García concreta que la sábana estaba afectada por los insectos, así como la estructura del retablo, y también por los hongos. Para poder acometer la actuación, primero tuvieron que desclavar el sudario, que contaba con una triple fijación. «El primer nivel eran unos listones con clavos modernos; el segundo, una cinta negra con chinchetas doradas y algunos clavos de forja; y el tercero tenía más de 200 clavos pequeños hechos a mano, antiguos», detalla.

Una vez fuera de ese soporte, las dos técnicos aplicaron una limpieza mecánica con microaspiración, para posteriormente realizar un tratamiento fungicida y una consolidación del soporte definitivo con materiales químicamente inertes. Finalmente, han realizado una estructura para sustituir la apertura del receptáculo en el que se enclavaba anteriormente y cuya apertura, que solo se realizaba en contadas ocasiones al año, se veía comprometida, lo que llevó a limitar su exposición al público en 2023. Para reintegrar las partes afectadas han utilizado hilo de seda con dos tipos de punto: de soporte y de restauración.

«Es una labor muy compleja y multidisciplinar», reconoce García, que junto a su compañera ha estado trabajando en el propio interior de la iglesia de San Juan Bautista. El plazo para que sea recolocada está por determinar y dependerá del combate contra las termitas. «El problema se intuía, pero no lo pudimos confirmar hasta hace poco. Es como si una persona ingresa con una dolencia y una vez en el hospital se observa que hay algo más», describe Antonio Jiménez, director gerente de la Fundación Santa María.

Un regalo del obispo de Malta

En este sentido, confirma que después de restaurar la sábana, los esfuerzos se centran en combatir a los insectos y que una vez erradicados, la réplica de la Síndone podrá volver al lugar previsto originalmente. Sobre 1675, la localidad promovió la construcción de un retablo y una capilla para albergar esta copia del sudario de Turín, que llegó al municipio gracias a que Fray Lucas Bueno Nuño, natural de Campillo y obispo de Malta y Gran Prior de la Orden de San Juan de Jerusalén, la recibió como regalo de los duques de Saboya y la remitió a su pueblo.

Según recuerda García, uno de los principales estudiosos de estas piezas, el jesuita Jorge Loring, incluyó esta reliquia aragonesa como una de las más destacadas en todo el globo, junto a una de Argentina y otra de Génova. «Hemos podido ver que las medidas solo varían en unos centímetros respecto a la original y hemos mandado analizar dos muestras para ver qué tejido es, creemos que lino, y la pintura, que está aplicada a la aguada», describe. Después de tantos días de observación, García puntualiza que «el autor estuvo muy cerca, porque se aprecia como un boceto de grafito».

Desde la localidad, su alcalde, José Antonio Alonso, remarca que todo se puso en marcha cuando apreciaron que «la tela estaba muy degradada y las puertas deterioradas». Así, fue el Consistorio el que tomó la iniciativa y ha sufragado la intervención con fondos propios, a lo que se han sumado donativos de los vecinos. «Tenemos mucha devoción y siempre vamos a hacer por cuidarla», subraya.

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