Las liebres monumentales del aragonés Rogelio Olmedo hacen parada en Mallorca

El artista zaragozano expone en la Iglesia Nueva de Son Servera una instalación que ya triunfó el año pasado en Alemania. 

Una de las majestuosas liebres de Olmedo en Son Servera.
Una de las majestuosas liebres de Olmedo en Son Servera.
R. O.

Tras causar sensación el verano pasado en la iglesia de Santa Inés en Colonia (Alemania), las liebres gigantes creadas por el artista aragonés Rogelio Olmedo han desembarcado en Mallorca para disfrute de quienes visiten la Iglesia Nueva de Son Servera hasta el próximo 24 de junio. 

Esta espectacular instalación nace de la fuente de inspiración que suponen los animales y, en concreto las liebres, para el zaragozano. "He trabajado siempre con animales, a modo de fábula desde rinocerontes a burros, toros, cabras, gallos... Además, en todas las culturas humanas, árabe, china, latina, griega, india, persa, australiana, africana, precolombinas, rusa, e incluso en la pop moderna, la liebre simboliza la fertilidad, la adaptabilidad, la astucia, agilidad y la inteligencia. Me gustó la idea de poner dos grandes liebres corriendo en un templo, un lugar hasta ahora reservado para la comunicación entre lo humano y lo trascendente", explica desde Son Servera, lugar en el que regenta su taller.

El entorno en el que habitan temporalmente ambas liebres es otro motivo de emoción para Olmedo. "Tengo el privilegio de presentarlas en el marco de la Iglesia Nueva. Este templo quedó a medio construir cuando nuevas ideas de modernidad llegaron a Mallorca a principios del siglo XX. El resultado es un templo sin techo, abierto al sol, las estrellas y la intemperie, en el cual, en toda la planta se ha plantado césped. Es un lugar realmente inspirador. El efecto de las liebres corriendo es altamente dinámico, un poco salvaje. Un juego de escala, una invitación a la vida, a disfrutar el instante", detalla.

Junto a estas grandes esculturas fabricadas con aluminio y acero con un acabado de porexpan, el aragonés ha preparado en la capilla Fonda una muestra de su trabajo más habitual, bronce y tinta sobre papel, material con el trabaja desde hace años con la Galería Gerhardt Braun de Palma de Mallorca. Además, en dicha capilla se hallan una serie de bronces, una secuencia de movimientos de una liebre corriendo y que completan un 'loop' de animación 'stop motion' y una colección de tintas en las que dibuja retratos de caras de unas liebres un tanto manga y que son "una representación de la curiosidad, como aceptación de la inevitable incertidumbre ante nuestro progreso, por otro lado consustancial a estar vivo".

La trayectoria del artista

Rogelio Olmedo Cervantes, nacido en Zaragoza en 1966, practica tanto la escultura como la pintura. Una de sus obras más destacadas en suelo aragonés, que hizo junto a Raúl Sanz, es el memorial al político asesinado por ETA en 2001 Manuel Giménez Abad, que se levanta en los jardines de la Ciudadela de Jaca. Se trata de una silla, un elemento cotidiano que evoca una presencia humana. También ha dejado su huella en el Museo del Viento de La Muela, en Grañén, en la Jacetania...

La formación de Olmedo se desarrolló entre Zaragoza, Barcelona, México y Mallorca. Estudió y se graduó como diseñador industrial en la Universidad de Ciencias Aplicadas de la Escuela Massana en Barcelona en 1992. Amplió conocimientos de forja y escultura en la escuela Jacint Nolla de Barcelona.

Otro paso adelante en su carrera fue la fundación en 1995 junto con Raúl Sanz del taller de forja artística La Forja La Una en Poleñino. Formaron una fructífera sociedad y en 1998 recibieron el primer premio a la artesanía en Aragón por la cama de poesía ‘Lugar’.

El imaginario de Olmedo se plasma en sus animales con tacones rojos y sus retratos de animales humanizados. Su estilo se caracteriza por el uso de colores muy brillantes, así como de tinta Gouache. Sus obras incluyen dibujos, escultura aplicada, paisajismo...

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