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«José Luis Borau es mucho más que un cineasta: es un gran intelectual de la cultura española»

Carlos F. Heredero presentó en Zaragoza, en el campus 'La Inmortal', su monumental estudio  'Iceber Borau', con casi un centenar de proyectos inéditos

Carlos F. Heredero, historiador y crítico del cine, ha empleado tres años para realizar una impresionante inmersión en el Borau oculto.
Carlos F. Heredero, historiador y crítico del cine, ha empleado tres años para realizar una impresionante inmersión en el Borau oculto.
Oliver Duch.

Carlos F. Heredero (Madrid, 1953), director de ‘Caimán. Cuadernos de cine’, es uno de los grandes estudiosos del realizador y escritor aragonés José Luis Borau (1929-2012). Le había dedicado un libro totalizador, pero quiso ir más allá, entre otras cosas porque reconoce en el director de ‘Furtivos’ y ‘Leo’ a un amigo y un maestro que le ayudó a entender mejor la vida, el cine y el mundo, tal como decía ayer en una entrevista, poco antes de presentar su monumental libro de proyectos inéditos y sorpresas: ‘Iceberg Borau. La voz oculta de un cineasta’ (Academia de Cine/Caimán, 2024) en la Filmoteca de Zaragoza, dentro del campus ‘La Inmortal’, y la película ‘Río abajo’, de 1984, «una de las mejores para mí. Quizá sea mi favorita. Es la más armoniosa».

Ya de paso, Heredero, que conversaría con Leandro Martínez, exdirector de la Filmoteca, recordaba que en 2025 se cumplen 50 años de ‘Furtivos’, una obra donde Borau «quiso hacer una película intrínsecamente española», en escenarios, en personajes y en contextos. Tuvo tal éxito que le permitió, por ejemplo, adquirir una casa en Estados Unidos.

¿Cómo surgió ‘Iceberg Borau’? Carlos F. Heredero sabía que el archivo del aragonés era impresionante. Lo había estudiado para hacer su libro citado, pero ahora decidió centrarse en todo lo que no se había hecho. «El Archivo de José Luis Borau es impresionante en volumen y en contenido. El 85 % está en la RAE. Hágase una idea: allí hay 371 cajas, 3.200 cartas, una biblioteca de más de 7.000 libros y, entre ellos, más de 1.100 dedicados a la Guerra Civil. He consultado con algunos expertos, entre ellos Julián Casanova, y me decía que quizá sea de las mayores que existan. Además, hay 80 cajas más en Filmoteca Española y 18 más en poder del productor Enrique Cerezo», dice Heredero, que ha hecho una inmersión en eso que él llama «la gruta del tesoro».

«Ya había estudiado sus películas y todos sus materiales. Y me centré en todo lo que no había podido ver: casi un centenar de proyectos, entre guiones, tentativas de producción, diarios, cartas, artículos, estudios, cuentos. He ido de sorpresa en sorpresa».

"El Archivo de José Luis Borau es impresionante en volumen y en contenido. El 85 % está en la RAE. Hágase una idea: allí hay 371 cajas, 3.200 cartas, una biblioteca de más de 7.000 libros y, entre ellos, más de 1.100 dedicados a la Guerra Civil"
José Luis Borau,retratado en Madrid. Por su literatura, recibió el Premio de las Letras Aragonesas.
José Luis Borau,retratado en Madrid. Por su literatura, recibió el Premio de las Letras Aragonesas.
José Luis Borau / Enrique Cidonc

Rooney, Imperio y Buñuel

Se encontró, por ejemplo, con un proyecto de guión en inglés de ‘Mi querida señorita’, que coescribía con la norteamericana Barbara Probst Solomon. «En realidad eran tres: uno sucede en Boston, otro en Santa Monica y otro en Texas. Algo que debió concebir cuando estuvo trabajando en su película ‘Río abajo’ y que prueba su ambición», dice.

José Luis Borau operó en muchas direcciones, en proyectos de toda índole. «Era minucioso, lo anotaba todo, con quién comía y dónde, de lo que habían hablado. Sin embargo, hemos sido muchos los que lo hemos entrevistado, los que hemos hablado con él, y a nadie le había contado que desde muy pronto había querido hacer una película con su admirado Mickey Rooney, algo que tuvo en la cabeza durante 20 años. O que ya en 1964 había querido trabajar con Imperio Argentina, y tuvo que esperar más de dos décadas hasta que se rodó ‘Tata mía’. Era un hombre lleno de secretos: bromeaba diciendo que no se le preguntase por el cine, que de su vida íntima no hablaba, y era un poco cierto: su vida estuvo volcada con el cine. Pero también con otras cosas como se ve en su ingente obra», subraya Heredero.

En el libro se recupera un diario de su viaje por Estados Unidos, de costa a costa, viajando en autobuses y durmiendo en moteles. «Es un trabajo formidable. Allí por ejemplo cuenta que se cita con la hija de Elena Fortún, la autora de ‘Celia’ y que esta le da unos materiales valiosos con el deseo de que fuesen a parar a Carmen Martín Gaite, muy amiga de Borau. No sabemos muy bien cómo, pero esos documentos ahora están en la RAE con los fondos de Borau», declara.

«El desencuentro también tenía un matiz anterior: ‘Mi querida señorita’ optó al Oscar el año que lo ganó Buñuel con una película francesa: ‘El discreto encanto de la burguesía’. Muchos directores le habían dicho que apoyaban su película, luego no fue así. Con todo, Borau admiraba mucho a Luis Buñuel»

En ‘Iceberg’ hay muchos detalles desconocidos: la colaboración con Rafael Azcona en el guión de ‘Las hermanas del Don’, que contaba la historia de dos mujeres rusas que acaban en un prostíbulo de Valencia o el deseo de colaborar con Luis Buñuel.

«Ese fue un sueño que tuvo y que le duró bastante tiempo. Se encontraron en varias ocasiones. Para Borau, Buñuel era su maestro y quiso ponerse bajo su advocación, por decirlo así. Gustavo Alatriste quería que Buñuel hiciese ‘La casa de Bernarda Alba’, de García Lorca, con Anthony Quinn, y Borau de coproductor». Buñuel había perdido interés por el teatro de Lorca. «El desencuentro también tenía un matiz anterior: ‘Mi querida señorita’ optó al Oscar el año que lo ganó Buñuel con una película francesa: ‘El discreto encanto de la burguesía’. Muchos directores le habían dicho que apoyaban su película, luego no fue así. Con todo, Borau admiraba mucho a Luis Buñuel».

El libro corrobora la curiosidad, la ambición y la capacidad de trabajo de Borau. «Es como si su día tuviese 48 horas. Era mucho más que un cineasta: un gran intelectual de la cultura española. Seguro», concluye Heredero.

El cinéfilo empedernido que llegó a todo

Cuando se repasa la carrera de José Luis Borau se ve que fue caudaloso como el río Ebro. Hizo de todo en el cine: fue actor, guionista, productor, director, teórico e incluso promovió que la RAE eligiese académico a alguien del oficio. Fue director de la Academia de Cine. Como autor literario no es desdeñable: mereció el Premio de lasLetras Aragonesa y ha dejado bastantes textos inéditos, y fue editor de muchos textos y tuvo sello propio: El Imán. En el libro se ven muchas de sus conexiones: conserva cartas inéditas de Edgar Neville, guiones no filmados que concibió para Cantinflas y otros. Se esforzó para que una institución se quedase con la casa de Buñuel de México; algo que se lograría después de su muerte. «Fue un director especial, un hombre cosmopolita, que odiaba los nacionalismos o localismos. En sus libros siempre hay alguien mestizo, foráneo», dice Carlos Heredero.

Carlos F. Heredero rescata guiones, libros, proyectos inacabados, cartas, cuentos, etc., de un hombre que pareció tener muchas vidas.
Carlos F. Heredero rescata guiones, libros, proyectos inacabados, cartas, cuentos, etc., de un hombre que pareció tener muchas vidas.
Oliver Duch.
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