MÚSICA. OCIO Y CULTURA

Robe Iniesta hechiza en Zaragoza a sus fans con su canto a la vida, al amor y la duda

El artista ofreció un concierto fantástico para un público intergeneracional y mezcló temas nuevos y de Extremoduro en el Pabellón Príncipe Felipe

Robe Iniesta ofreció uno de esos conciertos donde lo todo y se comunica con un público interegeneracional que lo adora.
Robe Iniesta ofreció uno de esos conciertos donde lo da todo y se comunica con un público intergeneracional que lo adora. A su lado, el violinista Carlitos Pérez.
Francisco Jiménez.

No se sabe bien cuándo empiezan los conciertos. A veces en un autobús. Nino y Néstor se subieron al bus 38 camino del Pabellón Príncipe Felipe. Allí, hacia las 22.00, Robe Iniesta iba a dar uno de sus conciertos de la gira ‘Ni santos ni inocentes’. No engañaban a nadie. Néstor llevaba una ostentosa camisa negra de Extremoduro. “¿Dónde tenemos que bajarnos? Vamos al concierto de Robe Iniesta. Somos de Barcelona. Cuando está de gira solemos ir a uno, dos o tres conciertos al año”, dijo Nino. Y contó que lo habían ido a oír a Granada, por ejemplo. “No hay más que mirar mi camiseta. Sigo a Robe Iniesta desde hace más e 20 años. He crecido con él y, en cierto modo, su evolución también será un poco la mía”, apuntó Néstor. Confesaron que dos de los temas que más le emocionaban de él eran ‘Nada que perder’ y ‘El poder del arte’. Añadieron: “Nos gusta mucho Robe. Su personalidad, sus temas, su poesía”. Nino dijo que había leído su novela ‘El viaje íntimo a la locura’, y que no le había resultado fácil entrar en ella.

Nada más llegar al Pabellón Príncipe Felipe nos encontramos con el escritor y profesor Pepe Serrano. El sábado por la mañana, en Antígona, había presentado su libro ‘Un viernes soleado’ (Pregunta), ilustrado por Raquel Samitier. Dijo: “Hemos venido toda la familia, los cinco, también nuestra hija menor. Y se han sumado otros cinco más, amigos de mis hijos. Soy un fan absoluto de Robe Iniesta desde hace muchos años. Es como un pequeño dios para mí. Me encanta. Aprendo mucho de él y disfruto con sus discos”, subrayó Pepe Serrano. “Hay algo muy emocionante. No es la primera vez que venimos a oírlo, claro. Te da un concierto de casi cuatro horas, con un descanso de 20 minutos en medio, y se entrega en cuerpo y alma”.

Roberto Malo: "Lo sigo desde hace muchos años. Hemos venido todos, y también mi hija María, que es batería. ¿Que qué tiene Robe? A mí me gusta mucho: ante todo, es un poeta, aunque a veces puede resultar crudo, áspero o muy directo. Es un tipo fantástico”

También andaba por allí el escritor y cuentacuentos Roberto Malo. “Lo sigo desde hace muchos años. Hemos venido todos, y también mi hija María, que es batería. ¿Que qué tiene Robe? A mí me gusta mucho: ante todo, es un poeta, aunque a veces puede resultar crudo, áspero o muy directo. Es un tipo fantástico”, dijo. Otro escritor y cuentacuentos irrumpió por un lateral: “Soy fan total de Robe Iniesta”, confesó Daniel Tejero.

La frase, en realidad, la habrían asumido muchas muchas personas. Llamaba la atención una pareja joven con un niño de meses. Y llamaba la atención la multitud arracimaba en el centro de la pista, o sentada por los laterales. Cuando apareció el músico con su banda, atronó el Pabellón Príncipe Felipe. Robe Iniesta, de jersey naranja y una especie de falda escocesa floreada, se arrancó a cantar y luego dijo: “Buenas noches a todo el mundo”. Más adelantes añadiría: “Muchas gracias por venir a verme”. El público estaba con él, lo coreaba entre canción y canción; contaba con una poderosa y formidable banda que lo arropó en todo momento. Podría decirse que brilla por su versatilidad y su fantasías y por ecos célticos, sutiles, el violinista Carlitos Pérez.

Un oleaje de manos se alzó en los asientos y en la pista central, brillaron los móviles (las velas del ritual de antaño) y un coro de múltiples voces acompañó al cantante, que introducía sus temas –los suyos, los del nuevo disco, ‘Se nos lleva el aire’, o los de Extremoduro– con poemas y aforismos que encandilaban a sus seguidores, como si fuera un gurú, un dios o alguien ligado a las fuerzas misteriosas de la vida. La emoción convocó algunas lágrimas. Cantó, entre otros temas, ‘Destrozares’, ‘Adiós, cielo azul, llegó la tormenta’, ‘‘Y rozar contigo’, ‘Un suspiro acompañado’, ‘Interludio’, ‘Guerrero’, y tantas y tantas otras, como las citadas ‘Nada que perder’ o ‘El poder del arte’.

Con el público entregado y cómplice, Robe fue entonando sus temas más conocidos, esos himnos que hablan de la vida, del amor, del deseo, del futuro o de su constante combate contra la solemnidad. Confesó que no entendía a quienes no dudaban. Dos jóvenes, Laura y Paula, decían: «El concierto es una maravilla. Acaba de cantar ‘Standby’, de Extremoduro, y lo ha hecho tan bien que nos ha emocionado». Robe Iniesta sabe bien, y lo proclama, que si se “ama, ama y ama, se ensancha el alma”.

Un espectador dijo algo que revela el poder de este cantante. “Jamás lo había oído. Me han regalado la entrada. Y salgo entusiasmado. Qué fuerza, qué personalidad, qué lirismo y qué buen sentido del humor. He tenido la sensación de que canta a la vida, al deseo y a las pequeñas cosas. Volveré a oírlo. ¿Por dónde empiezo?”.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión